Debido a la enfermedad de esquizofrenia que sufre, estaba convencido de que sus vecinos le hacían la vida imposible y decidió la noche del 13 de julio del año pasado, provocar un incendio en el bloque donde reside. Cumplía así con las amenazas, que según una sentencia de la Sección Primera de la Audiencia, había realizado días atrás a otros residentes de ese inmueble ubicado en la barriada de La Paz. El incendio lo originó, pero la rápida intervención de los bomberos, limitó los daños a un lavadero y la cocina del autor de las llamas; si bien, el riesgo fue elevado porque el bloque, de diez plantas y donde residen muchas personas mayores, tuvo que ser desalojado con dificultades.
Semanas antes de que prendiera fuego a una papelera, había abandonado el tratamiento por la afección mental que padece y se había trasladado a la vivienda de sus padres que ya habían fallecido. Esa interrupción fue determinante, según los magistrados, para que sus paranoias se acentuaran. Por eso, han considerado que este vecino de 44 años debía ser absuelto de un delito de incendio pero que debía permanecer internado en un psiquiátrico penitenciario por un periodo no inferior a siete años.
Los forenses que han analizado su estado mental y declararon en el juicio, explicaron que esta persona, que desde el año pasado está internado, tiene una «nula conciencia» de su dolencia, que «la adhesión al tratamiento es escasa» y que no se pueden prever la aparición de brotes como el que provocó que incendiara su casa.
Precisamente, la eximente por afectación metal fue solicitada por el Ministerio Fiscal en el inicio de la vista oral. Sin embargo, la defensa pidió la libre absolución asegurando que su representado no había sido el autor del incendio. Si bien, bomberos y policías testificaron en el juicio que el procesado estaba dentro de la casa cuando se inició el fuego y que este había sido intencionado.
Una medida de seguridad
Los magistrados recuerdan que la medida del internamiento en un psiquiátrico penitenciario tiene como fin preservar la seguridad de terceros pero también la salud del acusado. Y que en caso de no haber sido contemplada la eximente de responsabilidad penal por la enfermedad mental que padece, habría sido condenado con una pena que oscilaría entre los cinco y los diez años de cárcel.
En el incendio que provocó, el peligro fue evidente para el tribunal. El procesado prendió fuego a una papelera que estaba en un lavadero y que tenía cerca dos bombonas de butano y material combustible. Los vecinos avisaron con rapidez al comprobar el intenso humo negro que salía de la vivienda del procesado. Y eso permitió que los bomberos tuvieran que intervenir rápido y los daños se concentraran exclusivamente en una zona.
