Compras compulsivas
Rebajas 2020: Cómo comprar con cabeza
Las compras durante el periodo de rebajas se vuelven compulsivas cuando se adquieren artículos de forma repetitiva y constante
Seguramente lleves días y días siendo abordado por diferentes medios con descuentos y promociones que han ido avisando de las inminentes rebajas de enero. La idea es ir captando tu atención, y crearte la necesidad de que aquello que no compraste cuando salió a la venta, ahora es el momento idóneo para hacerlo porque cuenta con un abaratamiento considerable. Y, sin contar con el Black Friday a pocos días de la Navidad , hay dos rebajas al año en las que más de uno se deja una cantidad de dinero importante si se deja llevar por los, aparentemente, bajos precios.
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No, la adicción a las compras no está reconocida oficialmente como una enfermedad mental, pero son muchos los que la padecen. Esto significa que, aunque esa expresión se use a menudo en ambientes informales o, incluso, en el contexto de una psicoterapia, no se utilizaría como una etiqueta diagnóstica oficialmente reconocida, ya que no está contemplada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, actualizado por última vez en 2013 y que es la herramienta principal utilizada en psicología clínica para establecer diagnósticos oficiales. Actualmente no existe suficiente evidencia científica como para establecer un acuerdo en torno a la llamada « adicción a las compras », por lo que esta no existe como trastorno mental claramente diagnosticable y descriptible. «Los descuentos nos afectan psicológicamente, pues las expectativas de obtener una recompensa (adquirir un producto deseado por menor precio) motivan a la compra por el placer a corto plazo que genera esta gratificación», cuenta Candela Molina Gutiérrez, psicóloga general sanitaria y coordinadora de Cepsim Av. de América.
Qué se esconde detrás de un comprador compulsivo
Las compras compulsivas responden a un proceso de adicción, por el que cualquier comportamiento normal que resulta placentero, ya sea el juego, sexo o comida, por ejemplo, es susceptible de convertirse en adictivo cuando se hace un uso anormal. «Las compras se vuelven compulsivas cuando se adquieren artículos de forma repetitiva y constante, invirtiendo gran cantidad de dinero que puede causar daños a la economía familiar o personal», advierte la psicóloga Candela Molina Gutiérrez.