Los 88 peldaños de la gente feliz
Peldaño 81: Por qué ese placer oculto que da desatar tu furia perjudica tu mente
En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te enseño a aprovechar cada oportunidad de oro que la vida nos va ofreciendo en diferentes momentos a lo largo del día
Te gustaría saber la fórmula mágica para transformar sombra interior en luz? Pues aquí va: aprovechando cada oportunidad de oro (de escalar Belts) que la vida nos va ofreciendo en diferentes momentos a lo largo del día. ¿Cómo se hace? Detectando cada vez que tu ego tenga hambre y cambiando deliberadamente la sombra que obtienes cuando realizas la acción que tu ego te pide por la luz que adquieres cuando realizas concienzudamente la acción contraria.
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¿Te encuentras en clase muriéndote del aburrimiento? Tienes la oportunidad de oro de trabajar tu paciencia . Pregúntate: ¿qué siente mi cuerpo ante este aburrimiento? (Dedicar tiempo a enfocarte en la respuesta, de por sí, sin hacer nada más, aumenta tu capacidad de ser —no me creas, compruébalo.). ¿Te invitan a una cena y te mueres por comentar lo terrible que estaba la comida? Tienes la oportunidad de oro de trabajar tu deseo de crítica destructiva . Pregúntate: ¿qué parte de mí está tomando el mando, la que me pide queja o la que me pide agradecimiento ? ¿Acabas de detectar faltas graves de ortografía en un correo electrónico de tu empleado a tu mejor cliente? Tienes la oportunidad de oro de trabajar tu deseo de culpar . Pregúntate: ¿qué placer oculto obtengo si desato mi furia?
Lo que diferencia a la gente con mayor éxito del resto no es el número de oportunidades que tiene, sino el número de oportunidades que aprovecha.
Lleva tu mente a esta situación. Imagínate que te encuentras en una boda, y la sobrina de la novia, una niña de unos trece años, que está leyendo delante de todos los invitados, no consigue pronunciar tres palabras seguidas correctamente. Titubea, se detiene, se equivoca repetidamente. ¿Qué te pide tu ego? Si tuvieras un Belt de Éxito Interior mediano, te pediría enjuiciarla y preguntarte con cierta perturbación: «¿Cómo puede una niña que ya es casi una adolescente leer tan mal?». Si tu Belt es bajo, directamente te pide manifestarlo de viva voz, no contenerte y decírselo a la persona que tienes al lado, por supuesto desde el ego (y no desde la esencia), y a obtener el placer oculto de la queja, la crítica y la desaprobación .
Tienes ante ti una oportunidad de oro: la de decidir aprovechar esta ocasión que la vida te da para agrandar tu Bolsa Blanca y encoger tu Bolsa Negra, practicando el amor.
—Anxo, el amor... ¿se practica?
—Por supuesto. Y ése es el objetivo de este libro. Se entrena igual que cualquier otro hábito.
—Pero eso de practicar amor suena a catecismos y predicadores. A mí eso no me va.
—Eso son etiquetas que le has puesto tú, no yo. Sólo responde a esta pregunta: ¿qué prefieres para tu vida?, ¿más sombra o menos?, ¿más sufrimiento o menos?, ¿menos luz o más?, ¿menos paz interior ante cada oportunidad de perturbación o más?
—Lo segundo.
—Entonces, elimina tus etiquetas y practica el amor.
—Que una niña lea mejor o peor un texto en una boda es algo que no tiene importancia.
—Cierto, pero no sentir amor hacia ella, sí la tiene. Y sentir amor requiere practicarlo.
—[...]. OK. Vale. Te lo compro. Pero ¿cómo se hace eso?
—A través de dos canales... El primero es eligiendo sentir compasión hacia otros en lugar de juicio: «Quizá esta niña haya tenido algún problema de desarrollo. Quizá esté nerviosa». El segundo es dirigiendo tus sentimientos/emociones/pensamientos hacia la luz en lugar de hacia la sombra, a través de deseos que sólo anhelan el bien de otros: «Ojalá consiga superarlo antes de llegar a la adolescencia. A saber cuántos problemas le habrá causado no ser capaz de leer bien».
@anxo
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