Psicología
El estudio que demuestra los beneficios reales del mindfulness
La investigación analiza la eficacia de la técnica sobre la ansiedad y los pensamientos rumiativos
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La palabra mindfulness ya forma parte del imaginario colectivo. Son miles de artículos los que hablan de sus beneficios y dan consejos para conseguir ese estado de calma que promete. Pero, dentro de la literatura científica, la investigación sobre esta técnica de relajación ... es más escasa . Un equipo de la Universidad de Málaga, junto al departamento de Psicología de la Universidad Loyola, ha publicado un estudio en el que determinan la eficacia de esta técnica.
Aunque el mindfulness está cada vez más extendido, la doctora Davinia Resurrección, investigadora del proyecto, apunta que «hasta el momento no había informes de su asociación con la mejora de la salud psicológica». En este caso, los investigadores han analizado los beneficios de las intervenciones de mindfulness «breves» , las cuales pueden ir desde un minuto de duración hasta una hora. El estudio, liderado por el doctor de la Universidad de Málaga Óliver Jiménez, ha analizado 5.000 publicaciones y ha determinado que la aplicación de esta técnica disminuye considerablemente la ansiedad y la angustia y mejora el afecto positivo.
El estudio, publicado en la revista «Mindfulness», ha analizado esta técnica en contextos controlados, es decir, no en un ámbito de ocio y relajación, o mezclado para intervenir junto con otras técnicas de terapia psicológica, sino que ha analizado la aplicación de esta técnica de manera aislada .
¿En qué nos ayuda el mindfulness?
Cuando hablamos de mindfulness, la doctora Resurrección advierte que no debemos confundirlo con la relajación . «La idea es centrarte en tu pensamiento durante un periodo de tiempo corto. Si por ejemplo una persona lo hace durante un minuto, la idea es analizar si en ese breve periodo de tiempo hay una diferencia en su estado de ánimo», explica.
La investigadora continúa y comenta que la técnica de mindfulness sobre todo ayuda a mejorar la ansiedad y el pensamiento rumiativo . «En el caso de este tipo de pensamiento, lo que hacemos es darle muchas vueltas a un problema, y tanto lo pensamos que no podemos centrarnos una solución», dice la doctora que añade que, ser capaces de centrarnos durante un rato en el presente, y en cómo nos sentimos, «alivia ese pensamiento rumiativo».
«Nuestro cerebro ha aprendido a hacer muchas cosas a la vez, y esto es una ventaja, pero también puede ser una desventaja», comenta la doctora Resurrección. Explica que vivimos en un mundo en el que impera la idea de no poder parar ni un segundo, y esa «modernidad líquida» hace que estemos alerta a todas horas. «El mindfulness es aceptar que no podemos recuperar lo que ya ha pasado, y que no debemos angustiarnos por cosas que no sabemos cómo serán », apunta la profesional. Aprender esta técnica puede ayudarnos a disfrutar más de la vida, y a aceptar lo que vivimos. «Si una persona nerviosa, o que tiene dificultad para concentrarse en una sola cosa, consigue solo pensar el presente, ver sus pensamientos y aceptarlos, va a ganar muchísimo», dice la doctora.
«El mindfulness no arregla todo»
Es importante tener en cuenta que el mindfulness no es la solución a todos los problemas. «Ahora hay un "boom" de esta técnica, que parece que sirve para todo, pero no es así», apunta la investigadora. Hace hincapié en la idea de que, al comenzar a realizarlo, debemos hacerlo junto a un profesional, ya que, como no estamos acostumbrados a escucharnos a nosotros mismos , el momento de centrarnos durante un rato en el presente puede tener un efecto contrario y aumentar nuestra ansiedad.
«Procesamos y vivimos con una gran cantidad de información diaria: pensamientos, recuerdos, sensaciones, emociones... y cuando paramos a escucharnos, debemos tener un profesional al lado para entender que debemos aceptar todo lo que pensamos», afirma Davinia Resurrección. «La idea es reconocer un pensamiento, entenderlo, aceptarlo y después dejarlo ir . Es importante asumir también los pensamientos negativos, entender por qué están ahí y no rechazarlos», dice la doctora, que termina advirtiendo que, al igual que no es bueno «engancharnos al 100%» a los pensamientos negativos, tampoco debemos hacerlo con los negativos. La clave es encontrar un punto medio.
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