Cuando oigas decir que quien está deprimido es porque quiere, responde esto
Inés Santos y Juanjo Rodrigo, psicólogos del equipo de 'En equilibrio mental' explican lo que se esconde detrás de este mito en torno a la voluntariedad de los estados depresivos
Según datos de la OMS, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. De hecho cada vez es más frecuente escuchar en nuestras conversaciones diarias la palabra depresión, que además suele ir acompañada de términos como debilidad, derrotismo o falta de actitud. Se habla mucho de la depresión, pero a menudo se hace de forma inapropiada o confusa. El estigma existente en torno a la depresión puede generar que las personas que la padecen eviten hablar sobre cómo se sienten creyendo que así evitarán que los demás les vean como personas perezosas, débiles e incapaces de hacer frente a su vida.
Depresión: lo que es y lo que no es
Teniendo en cuenta el estigma que rodea a esta palabra es importante diferenciar entre qué es y qué no es la depresión.
La depresión no es una debilidad personal, no es una exageración o una simulación del malestar y no es una maquinación para obtener atenciones de los demás. Además, la depresión no entiende de variables sociodemográficas. Puede darse en todos los ámbitos, tanto en contextos más desfavorecidos como en aquellos más favorables o desarrollados.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una serie de síntomas psicológicos, conductuales y somáticos, siendo los más característicos la tristeza profunda y la pérdida de interés o capacidad de disfrute . No debemos confundir los síntomas de la depresión con las variaciones habituales del estado de ánimo o las respuestas emocionales que aparecen a raíz de sucesos vitales estresantes.
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En la depresión los síntomas son demasiado intensos, persistentes y duraderos, generando un gran sufrimiento y alterando el desempeño diario de la persona. En algunos de los casos, la sintomatología depresiva puede generar pensamientos relacionados con la muerte o llevar al suicidio.
Además, la depresión no tiene su origen en un único factor, sino que es un fenómeno complejo resultado de interacciones entre factores sociales, psicológicos y biológicos . Los factores psicosociales que implican un estrés continuo y los acontecimientos vitales traumáticos tienen un papel importante en la aparición de la depresión.
Como vemos, plantear la depresión como un síntoma de debilidad es totalmente inadecuado y erróneo. Dicho planteamiento solamente contribuye a que las personas con depresión tiendan a sentirse culpables , asumiendo los prejuicios comentados e influyendo de forma negativa en su proceso de recuperación. Cambiar nuestra actitud ante esta realidad y aprender sobre ella nos permitirá un abordaje más adecuado de la misma, implicando un beneficio para nosotros y para las personas que nos rodean.
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