Meditación
Cómo empezar a meditar en verano si nunca antes lo he hecho
Este es el plan con el que todos pueden iniciarse en esta técnica para empezar a construir una nueva energía interna que aporta beneficios a todos los niveles
Está demostrado que meditar ayuda a reducir el estrés, a calmar la mente y a controlar las emociones. Por ello, no es extraño que esta práctica tenga cada vez más adeptos. Empezar es muy sencillo, solo hay que quitarse de encima excusas del tipo «no tengo tiempo» o «soy muy nervioso, no creo que pueda» para que la meditación nos cautive y nos ayude a llevar mejor nuestro día a día. Gracias a ella lograremos estar más serenos, dormiremos mucho mejor y, por ende, estaremos más felices (y menos enfadados con el mundo).
Si bien podemos sentirnos tentados a aceptar el estrés como algo normal en el día a día, la realidad es que el estrés puede manifestarse en síntomas mentales y físicos que conducen a mayores problemas de salud, y es conveniente poner remedio. Y el remedio que más éxito está teniendo, además de ponerse en manos de un experto en salud mental, es comenzar con la meditación.
Para «arrancar» en el mindfulness, Guillaume Barathon y Charlie Rousset, de Morphée, dispositivo doméstico pro-bienestar, 100% analógico y pensado para quienes no concilian el sueño , han diseñado un plan con el que cualquiera de nosotros puede iniciarse en esta técnica con la que empezaremos a construir una nueva energía interna que aporta beneficios a todos los niveles.
Por qué iniciarse en la meditación
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Conciliar el sueño más fácil y rápidamente.
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Generar un sueño más profundo y reparador.
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Despertarse fresco, descansado y rejuvenecido.
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Iniciarse en la práctica de la meditación de forma fácil.
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Relajarse del día a día y reducir el estrés.
1. Buscar un lugar tranquilo es una de las claves para empezar a meditar: sin ruido, aquel en el que no nos puedan molestar durante un rato y donde no haya ningún tipo de posible desconcentración. Puede ser en el dormitorio o en la naturaleza/un parque cercano a nuestra casa… y siempre desconectando los objetos que puedan interrumpir nuestra concentración (móvil, portátil, tablet…).
2. Respiración controlada para una relajación completa : Hay que concentrarse en nuestra respiración y dirigir la atención al flujo de aire que entra y sale por la nariz mientras inhalamos y exhalamos. Una buena respiración, además de oxigenar mejor el cerebro, ayuda a mantener una buena postura.
3. Elegir una postura cómoda : Lo ideal es la posición de loto (si te cuesta, puedes ayudarte de un cojín), pero también podemos estar sentados en una silla o sofá, incluso tumbados… pero siempre con la espalda recta, sin tensiones, que el cuerpo esté lo más relajado posible, especialmente los hombros y brazos, pero también los ojos, la boca, las manos, las piernas, los pies…
4. Empieza poco a poco : al principio no tenemos que estar mucho tiempo meditando. Si es nuestra primera vez, lo ideal es ir aumentando el tiempo a medida que nos vamos introduciendo en la práctica. Podemos empezar con tan solo 2-3 minutos. Al día siguiente 4, luego 5… e ir aumentando progresivamente el tiempo que le dedicamos hasta 8 o 20 minutos, según la disponibilidad.
5. Incluir la meditación en tu rutina : Dedicarle un momento del día a la meditación para que se integre en nuestra rutina es básico para familiarizarnos con esta práctica que nos ayuda a estar mucho más concentrados y mantener el estrés a raya. Podemos, por ejemplo, hacer meditación antes de irnos a dormir, ya que meditar, además, permite mejorar la calidad del sueño; o también por la mañana, para empezar bien el día, con energía positiva. Pero decidir cuándo encaja mejor en nuestro estilo de vida y ¡agendarlo!
6. Tratar los pensamientos que nos desconcentran con aceptación: Es normal que surjan mientras meditamos y que nos desconcentren. Lo importante es aceptarlos, no intentar eliminarlos, no juzgarnos y volver a centrarnos en la respiración, puntos de apoyo de nuestro cuerpo, un sonido de la naturaleza, un paisaje tranquilo y calmante, una música relajante…
7. Combinar la meditación con sesiones de yoga y pilates para ir reduciendo progresivamente los niveles de estrés y ansiedad, y favorecer un mejor descanso: cuando ya incluyes la meditación en tu rutina, lo ideal es acompañarla de otras prácticas para potenciar un estilo de vida saludable que aparte lo máximo posible aquello que nos estresa. De esta manera, estaremos mucho más liberados y con el ánimo arriba.
Además, se ha demostrado que la meditación ayuda, y mucho, al rendimiento deportivo. El profesor Mihály Csíkszentmihályi, reconocido por sus estudios sobre la felicidad y el bienestar subjetivo, es quien enlaza de forma indiscutible la relación positiva entre la meditación y el deporte en su famosa 'Teoría del Flujo'. En ella explica que los deportistas alcanzan un mejor rendimiento cuando se encuentran en la zona del flow, una zona que permite dar el 100% de atención a una actividad específica, olvidar el ego y utilizar las habilidades personales al máximo sin la necesidad de analizar demasiado.
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