Nutrición
Esto explica por qué si haces ejercicio tendrás más ganas de comer sano
Comer sano y hacer ejercicio son un círculo vicioso perfecto si además eliminamos el tabaco y el alcohol y nos hidratamos correctamente
Hacer deporte y comer bien. Comer bien y hacer deporte. Si queremos estar en forma y saludables sabemos que estos son dos de los pilares más importantes de la salud que está en nuestra mano controlar (además de evitar el tabaco y el alcohol, hidratarnos adecuadamente, proteger nuestra piel del sol…). Pero la cuestión es, ¿podemos reforzar uno de esos pilares y olvidarnos del otro? ¡Desde luego que no!
Puede que haya quien piense que, si nos entrenamos regularmente o si estamos en nuestro peso, podemos consentirnos ciertas licencias alimentarias, o alimentos más calóricos porque lo vamos a quemar. Pero es que a estas alturas ya debemos saber que el problema no son las calorías , ¿verdad?
Incluso si nos centramos en ellas (en las calorías), deberíamos saber que por lo general la comida saludable es baja en ellas y alta en nutrientes, en comparación con esa otra que sabemos que no es tan saludable y que suele pecar de lo contrario: los productos con apenas nutrientes y muchas calorías vacías.
Lo sano también suele ser más saciante : los vegetales y proteínas nos proporcionan una energía más duradera y evitan esos picos que nos hacen tener hambre entre horas. Por el contrario, lo ultraprocesado , generalmente, lleva a nuestro cuerpo a tener que gestionar componentes para los que no está tan preparado y a sufrir, a medio plazo, problemas coronarios, osteoporosis, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.
El alimento del ejercicio
Yendo un paso más allá, podemos, eso sí, ayudar con la alimentación a que nuestro ejercicio sea más eficiente y nuestro cuerpo mantenga un buen estado físico. Así, en general, eliminar el consumo de azúcar y aumentar el de grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, mantequilla) nos ayudará a «reprogramar» el cuerpo para quemar grasa en lugar de glucosa.
Otra duda es si debemos o no comer antes de hacer ejercicio. La norma general es que es mejor hacerlo después, ya que así ayudaremos a nuestro cuerpo a reponer las reservas de energía perdidas y a reparar los desgarros musculares. Pero como siempre aconsejamos, la norma que nunca falla es escuchar a nuestro cuerpo y si antes del entrenamiento te apetece carbohidratos (o incluso tras haberlo realizado), la opción ideal sería tomar alimentos de origen vegetal que sean ricos en hidratos de carbono, como la avena , la quinoa o el mijo. Otras recomendaciones que te damos si haces deporte habitualmente son alimentos como:
Yogur griego : Menos azúcar y bastantes más proteínas que el normal, por lo que es una estupenda fuente de energía además de probióticos, y nos ayuda a la reparación muscular tras el entrenamiento.
Mantequilla de almendras : Tal vez no tan habitual en nuestras despensas, pero una rica fuente de proteínas, grasas saludables, minerales y antioxidantes.
Manzanas : Si hay que comer algo un poco antes del ejercicio, las manzanas pueden ser una magnífica opción. Es cierto que son ricas en carbohidratos, pero también en fibra, y por eso mismo son saciantes, así que evitarán que nos 'ruja' el estómago mientras entrenamos.
Plátanos : fácil de comer, nutritivo y una de las mayores fuentes de potasio natural, que nos ayuda a evitar calambres y molestias musculares.
Verduras de hoja verde : Suelen tener altas cantidades de magnesio , un mineral imprescindible para mantener nuestros músculos elásticos y flexibles.
Cúrcuma : Acostúmbrate a incorporarla a tus platos si eres deportista. Esta especia relaja los músculos y protege las articulaciones.
Cerezas : Sabemos que no siempre están de temporada, pero aprovecha cuando lo estén, pues contienen muchos antioxidantes que ayudarán a nuestros músculos a recuperarse mejor tras el esfuerzo. Aunque en general, cualquier fruto rojo cumple esta función.
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