Alimentación
Eliminar los dulces de tu dieta no es la solución para adelgazar
Muchas veces, prohibir tajantemente un alimento de nuestra alimentación nos hace desearlo con más ganas
Cuando queremos adelgazar seguir una dieta puede resultarnos bastante difícil. Pero, hay alimentos que, en especial, solo pensar prescindir de ellos nos supone un mundo. Los dulces, los refrescos azucarados, los snacks fritos... son comidas repletas de azúcares añadidos y grasas que muchas se nos hacen casi imposibles de eliminar.
Pero, muchas veces la restricción total de esos alimentos en nuestra alimentación puede ser contraproducente. «Nuestra mente no entiende el no. Cuando nos prohibimos algo, lo estamos deseando más», afirma la nutricionista Carolina González, de Conciencia Nutricional . Un argumento que también defiende la nutricionista Sarai Alonso , especialista en consultas online: «Yo recomiendo no eliminar un alimento del todo, porque si lo prohibo mi mente me lo va a pedir más». Alonso recomienda encontrar algunas herramientas que nos ayuden a reducir la cantidad de ese alimento, en vez de desterrarlo por completo de nuestra alimentación.
¿Y cuales son esos alimentos tan complicados? Ambas nutricionistas apuntan hacia los snacks como patatas fritas, los refrescos azucarados, los dulces y en general, los productos con azúcares añadidos como lo que más nos cuesta eliminar de la dieta. «Estos alimentos buscan una palatabilidad, que nos hace querer consumirlos con más frecuencia, y debemos aprender a controlar eso», explica Sarai Alonso, y añade: «La cosa no es prohibir las galletas, por ejemplo, sino buscarles una alternativa saludable, como unas barritas de pan».
Cuenta Carolina González que también es muy importante identificar los momentos en los que tomamos este tipo de alimentos, así como la cantidad que ingerimos. «Estos alimentos, casi siempre ricos en azúcares, grasas o sal, los tomamos para calmar emociones , estrés, algún problema de ansiedad, y debemos ser capaces de reconocerlo», señala la profesional.
«Hay que tener en cuenta no solo al alimento, sino todo lo que lo rodea. Hay emociones, situaciones, relaciones que establecemos nosotros...», dice Sarai Alonso, que tambíen apunta como muchas veces podemos terminar comiendo también por una presión social .
Controlar en vez de prohibir
Es en este plano social cuando se nos hace más difícil controlar la ingesta de estos alimentos. «Algunos nos proporcionan placer , los asociamos a un momento social específico y por ello, cuando nos encontramos en la situación, nos cuesta más no tomarlos», explica Alonso.
Aquí vuelve a entrar en juego ese autocontrol que es necesario que impere en nuestra dieta. «Es mejor permitirnos comer de vez en cuando una pequeña cantidad de patatas fritas que prohibírnoslo y después, si el sábado se va a un bar, comernos el bol entero», comenta Carolina González.
Ambas nutricionistas dan trucos para poder sustituir estos alimentos por opciones más saludables. «Si lo que queremos es pedir un refresco, una buena opción es decantarnos por un agua con gas y un poco de limón », indica Alonso, que asimismo hace otra recomendación para evitar el consumo desmedido de snacks poco saludables: «Podemos llevar siempre con nosotros una pequeña cantidad de frutos secos , algo que no ocupa mucho espacio ni requiere mucho esfuerzo y que si me da hambre a media mañana o media tarde me va a saciar».
Por su parte, González recomienda que si vamos a comer fuera de casa , para poder controlarnos mejor, «podemos comer una pieza de fruta antes de salir de casa, para llegar con menos hambre».
Por último, comenta Sarai Alonso que hay algunos alimentos que parece inocuos pero que, a la larga, puede que nos pasemos con su consumo. Es el caso del chocolate. «Si tomamos un par de onzas después de comer, es un hábito que adquirimos, no nos damos cuenta y al pensarlo, es mucho dulce, algo que podemos sustituir por una fruta con facilidad», concluye.
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