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Nutrición
La dieta paleolítica , popularmente conocida como «dieta paleo», tiene como referente el patrón alimenticio de los humanos del Paleolítico el periodo prehistórico más antiguo caracterizado por la fabricación y uso de herramientas, la práctica de la caza, la pesca y la recolección así como por el nomadismo y la aparición de las primeras manifestaciones artísticas en forma de pinturas rupestres y de esculturas en hueso o en piedra.
Loren Cordain , científico especializado en nutrición y fisiología del ejercicio, ha popularizado este estilo de vida que se basa precisamente en el modo de alimentación de los hombres antes de la aparición de la agricultura, basando la dieta en la carne (caza), el pescado (pesca) y las frutas y verduras frescas, tubérculos y frutos secos (recolección) simulando las proporciones que lograría el hombre prehistórico.
Una de las objeciones a esta dieta en la que desaparece el consumo de granos y de legumbres , protagonistas en los menús de todo el mundo tras la aparición de la agricultura, es que existen pruebas de consumo de granos enteros datados mucho antes de la aparición de la agricultura.
Otra de las críticas es el elevado consumo de proteínas de origen animal que propone que supera el 50 % diario, ya que en el Paleolítico la carne y el pescado dependían del éxito o no de la caza y de la pesca. Además, no puede tratarse de un modelo único, ya que las dietas variaban en función del territorio.
A favor cuenta con que la dieta paleo defiende el consumo de alimentos procedentes directamente de la naturaleza. Su razonamiento es que el cuerpo humano no consiguió adaptarse a los cambios originados primero por la agricultura y luego con la revolución industrial y la incorporación de los alimentos procesados y de los aditivos.
Utilizada habitualmente para perder peso, nunca debe realizarse sin asesoramiento profesional ya que no todo el mundo tiene las mismas necesidades nutricionales, ni siquiera la misma persona las tiene a lo largo de su vida.
Siempre que esté basada en una dieta rica en verduras, frutas y frutos secos será una dieta saludable.
La eliminación en el menú de alimentos ultraprocesados (azúcar, grasas tratadas químicamente o refrescos) y de comida basura favorece la pérdida de peso y la mejora la salud y el bienestar general.
Con esta dieta se consiguen mayor sensación de saciedad y, por tanto, control de apetito.
La dieta paleo hace especial hincapié en beber suficiente agua y en mantenerse activo. No olvidemos que los hombres del paleolítico eran nómadas y obtenían sus alimentos con grandes esfuerzos físicos de caza o de recolección.
Elimina los cereales y las legumbres que se consideran alimentos saludables además de tener un precio más asequible que los frutos secos o que las carnes de caza.
Las investigaciones genéticas demuestran la adaptación del organismo a los cambios producidos en la alimentación tras la agricultura ya que ha aumentado el número de genes relacionados con la descomposición de los almidones alimentarios presentes en el arroz, la pasta, el pan, el maíz y otros cereales
Son necesarios estudios clínicos a largo plazo sobre los posibles beneficios o riesgos de la dieta paleo
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