Nutrición
¿Qué dieta debo seguir si me han diagnosticado helicobacter pylori?
Si un médico te ha diagnosticado esta enfermedad, es importante evitar los alimentos con mucha fibra, azúcares y el alcohol
El Helicobacter Pylori es una bacteria que habita en el estómago y que, según se estima, tiene más o menos la mitad de la población mundial. Esta bacteria, explica la dietista-nutricionista María Eugenia Fernández (@meugenia84), es la causante de una inflamación que puede derivar en problemas gastrointestinales. El Helicobacter tiene la capacidad de debilitar la cubierta protectora del estómago, lo que permite la entrada y la posterior irritación de los jugos digestivos en el revestimiento estomacal.
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Comenta Elisa Escorihuela, farmacéutica, dietista-nutricionista, y colaboradora de ABC Bienestar , que la sintomatología varía entre las personas : «En algunos casos es asintomática y en otros produce una serie de molestias, encontrando entre las más destacadas: ardor estomacal, reflujo gastroesofágico, anemia, pérdida de peso, hinchazón abdominal y dolor estomacal». También, advierte que la bacteria es considerada como factor de riesgo de úlceras gástricas, gastritis y cáncer de estómago.
¿Qué comer si tenemos Helicobacter Pylori?
Si nos diagnostican esta bacteria, desde ese momento es muy importante cuidar nuestra alimentación para poder paliar sus efectos al máximo . María Eugenia Fernández explica que durante estos días es importante aumentar el consumo de probióticos, alimentos ricos en omega-3 y omega-6 y carnes blancas y pescados.
Por su parte, Elisa Escorihuela apunta que es esencial adquirir una dieta blanda , o de fácil digestión, para que «nuestro sistema digestivo trabaje lo menos posible». A modo general, la experta aporta las siguientes pautas:
- Evitar alimentos muy fríos o muy calientes.
- Evitar comidas picantes o muy especiadas.
- Utilizar técnicas de cocción de fácil digestión como vapor, papillote o hervido, tratando de evitar comidas a la plancha o al horno que queden tostadas.
- Masticar de forma tranquila y si es necesario realizar más ingestas en pequeñas cantidades.
- No consumir alcohol, ni tabaco.
¿Qué podemos comer durante el tratamiento?
Una vez se diagnostica la bacteria, es necesario someterse a un tratamiento para eliminarla. Este, bastante agresivo debido a la gran cantidad de medicamentos que se deben tomar, puede generar durante días algunas molestias. Por ello, durante el tratamiento es importante cuidar nuestra alimentación , y adecuarla para paliar los efectos adversos. Lo primero que recuerda Elisa Escorihuela es que, aunque se pueden dar recomendaciones, es importante que nos guíe un profesional para adecuar la dieta a nuestro caso concreto. Si hablamos de recomendaciones generales, comenta que, en las primeras fases del tratamiento, «se debe evitar el consumo de cereales integrales y legumbres por su alto contenido en fibra, que al entrar en contacto con las lesiones podrían irritar más las paredes del tracto digestivo».
«También vamos a evitar el consumo de verduras, hortalizas y frutas en crudo , y sobre todo, de frutas ácidas. Las tomaremos cocidas, en purés o compotas, aunque va a depender de la tolerancia de cada uno, algunas frutas, como la manzana, pera o plátano maduro, sin piel también pueden sentar bien en las primeras fases», indica la profesional.
Respecto al consumo de huevos y lácteos, apunta que depender mucho de la tolerancia de cada uno y el grado de gravedad. Lo ideal es que en los primeros días se restrinjan y, poco a poco, se introduzcan en preparaciones muy sencillas como una tortilla francesa. Sobre la hidratación, lo mejor es que durante estos días sea con agua, o infusiones suaves.
Una vez tengamos una prueba negativa, y nos hayamos «librado» de la bacteria, según vaya disminuyendo la sintomatología, la introducción de los alimentos debe de ser progresiva . «No podemos pasar de la nada al todo», advierte la colaboradora de ABC Bienestar. «Lo ideal es volver a la normalidad introduciendo poco a poco verduras con mayor contenido en fibra, los pescados azules y mariscos y las frutas y verduras crudas», dice y concluye: «Si lo hacemos poco a poco, tenemos la posibilidad de localizar aquellos alimentos que nos sientan mejor y peor».