La escena es tan reciente que todos la tenemos en la memoria. Todas las televisiones del mundo conectan a la vez con el mismo lugar. Quien más y quien menos se acerca a la televisión más cercana donde ya se agolpan los más curiosos del lugar. "¿Es blanca? ¿es negra?" El humo de la paja no siempre resulta óptimo para un mensaje unívoco. Valdría un 'tuit' pero no sería lo mismo. Este año hay dos chimeneas para evitar equívocos.
De tan tradicional la imagen del humo acariciando las tejas de la Capilla Sixtina parece sacada de otro tiempo. Quizá eso es lo que le confiere una belleza singular. Por eso vale la pena que se dejen un par de minutos en pensar dónde estarán hoy a eso de las 19.00 horas. Se calcula que será entonces cuando veamos el resultado de las primeras papeletas quemadas. "Es difícil" que este primer escrutinio sea positivo, según ha explicado el jefe de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi. Hay dudas incluso sobre si habrá fumata a esa hora ya que la primera votación puede ser aplazada si los cardenales lo consideran oportuno. Para entonces sólo llevarán tres horas y media reunidos bajo el riguroso secreto -el célebre mandato del "Extra omnes" deja fuera a todos los ajenos a la votación- ya que el cónclave habrá comenzado a las 16.30 horas con la procesión de los purpurados desde la Capilla Paulina.
El nuevo Papa saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios de los 115 cardenales. Es decir, necesitará 77 votos para ser elegido. Los escrutinios de papeletas continuarán en los días siguientes, de no haber Papa en la primera jornada, a razón de cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. No todas llevarán aparejada una fumata. Si el humo fuera blanco, debería verse en torno a las 10.30 o 17.30 horas. Y si no hay elección, los horarios que se esperan para el humo negro ronda las 12.00 horas y las 19.00 horas. La fumata negra confirmaría que no ha habido designación tras las dos votaciones de la mañana o de la tarde.
Si ningún cardenal consigue los dos tercios necesarios en tres días consecutivos, el proceso de elección se suspende 24 horas para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales. Si tras cuatro escrutinios no se obtuviera resultado positivo, podrá procederse a la votación entre los dos más votados, pero no por mayoría sino por dos tercios.
Un humo blanco por una pequeña chimenea metálica dará cuenta de que el gran momento ha llegado. Todas las agencias del mundo rebotarán la noticia. A un lado, miles de 'tuits' por segundo. Al otro, el historico doblar de las campanas de la Basílica de San Pedro. Sólo 40 minutos después, tras el rito de aceptación, el cambio de ornamentos y el juramento de obediencia de los cardenales, el nuevo Pontífice escuchará de Jean Luis Taurán -salvo que fuera el elegido- el solemne 'Habemus Papam'. Millones de católicos conocerán entonces el nombre que ha elegido. Y la Bendición Urbi et Orbi desde su ventana dará inicio a su Papado.
