El atletismo se vio sacudido este año por la acusación de asesinato del ídolo caído Oscar Pistorius y por el dopaje de estrellas como Tyson Gay y Asafa Powell, pero pudo contar para remontar el vuelo con Usain Bolt, una vez más, que brilló en el Mundial de Moscú.
Su exhibición en la capital rusa, con un pleno de tres oros (100, 200 y 4x100 metros) devolvió el protagonismo a la competición, con el éxito de la estrella más mediática de este deporte, que no decepcionó y acudió al rescate de su deporte en el momento en el que más lo necesitaba.
Tras su 'triplete' olímpico de 2012, Bolt repitió la hazaña y Jamaica vivió un Mundial de Moscú inolvidable, con oros en las mismas tres pruebas para la reina de la velocidad Shelly Ann Fraser-Pryce, la otra gran protagonista.
A final de año, en la tradicional gala de premios de la Federación Internacional (IAAF), ambos fueron reconocidos como los mejores del año 2013 en una ceremonia en Mónaco.
«Velocistas talentosos pueden aparecer en cualquier sitio. El atletismo crece cada vez más en Jamaica, por lo que creo que se verán muchos buenos velocistas en mi país en el futuro», destacó en Moscú Bolt, que en 2014, en ausencia de Mundial o Juegos Olímpicos, quiere batir su récord mundial de 200 m (19.19).
El camino se le había allanado antes del Mundial de este año con la lesión de su compatriota Yohan Blake, el único que parecía poder hacerle sombra, y con los controles antidopaje positivos de otros dos rivales de peso, su compatriota Asafa Powell y, sobre todo, el estadounidense Tyson Gay, ese último segundo hombre más rápido de la historia.
La IAAF tuvo que hacer frente a ese daño a la imagen de su deporte, a apenas unas semanas del Mundial de Moscú. «La credibilidad de nuestro programa antidopaje, y de nuestro deporte el atletismo, se refuerza, y no debilita, cada vez que somos capaces de descubrir un nuevo caso, y tenemos el pleno apoyo de todos los atletas, entrenadores y responsables que creen en un deporte limpio», afirmó entonces Nick Davies, portavoz del organismo.
En Moscú 2013, el otro gran nombre fue el británico Mo Farah, que hizo 'doblete' en el fondo (5.000 y 10.000 metros), igual que en los Juegos Olímpicos de Londres. En la categoría femenina, las etíopes Meseret Defar y Tirunesh Dibaba se repartieron los oros en esas pruebas. En los 800 metros se coronó el etíope Mohammed Aman, aprovechando la ausencia por lesión del keniano David Rudisha.
Entre los grandes resultados de 2013 destacó el récord mundial de maratón, que consiguió batir a finales de septiembre el keniano Wilson Kipsang en Berlín, dejando el crono en 2 horas, 3 minutos y 23 segundos.
Pero el año del atletismo tuvo dos momentos trágicos que tiñieron de sangre el resumen de la temporada. El primero se dio en Sudáfrica, donde Oscar Pistorius, el atleta paralímpico que había hecho historia participando con sus prótesis en los Juegos Olímpicos pese a estar amputado de ambas piernas, fue acusado en febrero del asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp.
Pistorius se defendió diciendo que había disparado pensando que se trataba de un intruso, pero su halo de héroe se evaporó con la sospecha del crimen, que se juzgará en 2014.
El otro gran drama se vivió en el Maratón de Boston, donde en abril tuvo lugar un atentado que costó la vida a tres personas y provocó más de 180 heridos, llevando la tragedia a una de las citas más prestigiosas y populares del atletismo internacional.