El día que Twitter se lanzó a sobrevolar Wall Street, la euforia de los tiburones del parqué neoyorquino impulsaron con fuerza, como si de una corriente de aire caliente se tratase, los títulos de la red de microblogging desde los 26 dólares de salida hasta los 45 billetes verdes. Las constantes bursátiles del jilguero más conocido de internet se revalorizaron un 72% el día de su debut lo que borró de un plumazo el miedo a sufrir un 'Facebluff'. Los rectores de la plataforma fueron mucho más precavidos que lo que en su día fueron los miembros del equipo de Mark Zuckeberg, que en el anterior antes habían visto como la euforia de la salida a Bolsa perdió fuerza de la misma manera que una botella de gaseosa mal cerrada.
Para muchos la fecha escogida por la red de los 140 caracteres no ha podido ser mejor. Algo así como si los planetas se hubiesen alineado para allanar la pista de despegue. Por una parte, se adelanta a otros gigantes del mundo internet que planean someterse al juicio de los mercados como puede ser el gigante del comercio chino Ali Baba, que podría superar incluso la valoración de los 100.000 millones de dólares. Por otra, el gremio se mueve con el viento a favor.
Un ejemplo de ello es Yahoo!, la empresa activa más antigua de internet, que ha recuperado bajo el firme pulso de Marissa Mayer las pérdidas de tres años en tan solo un ejercicio. Linkedin sigue gozando de una excelente reputación. Amazon o Netflix presentan, en lo que a cotización se refiere, una cifras optimistas. Incluso se ha levantado Facebook, a la que una conjugación de dudas e incredulidad por parte de su modelo de negocio, los errores del Nasdaq y la más que cuestionada gestión de Morgan Stanley, le llevaron a pasar de ser una OPV 'plusmarquista' a perder la mitad de su valor en sus primeras 12 semanas. Ahora navega por encima por de los 53 dólares. La escalada se debe a que parece cerca de conseguir los beneficios que prometía en la documentación que presentó en su momento y que pocos creyeron al cien por cien, especialmente en lo que se refería al campo de aplicaciones móviles, que ya supone cuatro de cada diez euros que ingresan las arcas de la compañía.
Y en este marco se mueve Twitter. Aunque parece poco probable una crisis similar a la de las 'puntocom' del año 2000, las valoraciones estratosféricas que alcanzan las empresas de internet cuando se enfrentan a estos trámites resucita ese fantasma con cierta recurrencia. En el caso de la firma creada por Jack Dorsey y dirigida por Dick Costolo, la parroquia de la Bolsa neoyorquina decidió, con los movimientos en su primera jornada, que su valor era casi 30 veces superior a su previsión de ingresos. Eso pone la lupa en los próximos movimientos de la compañía, que ha conseguido una importante inyección de capital más allá del "camión lleno" de dinero del que presumía Costolo cuando se nutria de 'angels investors' y fondos de capital riesgo. Las inversiones en I+D, que han aumentado en los últimos meses parecen ahora clave. Habrá que ver como ordeñan la vaca de la publicidad y también habrá que ver cómo siguen explotando el comercio de datos masivos y el análisis de tendencias.