Coronavirus

Un granadino en Trentino: «Más que el coronavirus, es el miedo lo que se ha contagiado»

El joven ingeniero e investigador Miguel Hoyo relata su experiencia en el norte de Italia, donde el pánico ha cundido tras las primeras infecciones: «Aunque estés sereno, se te pone mal cuerpo al ver el desabastecimiento en el supermercado»

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El ingeniero granadino Miguel Hoyo, en Trento, al norte de Italia ABC

Leo Rama

Coronavirus . «Es el tema», del que con diferencia más se ha hablado durante la última semana en Trento , capital de la región de Trentino , en el norte de Italia . Allí reside Miguel Hoyo , natural de Granada , ingeniero de telecomunicaciones y doctorando de la Universidad de Trento en la Fundación Bruno Kessler, donde desarrolla técnicas para analizar automáticamente el subsuelo de planetas, en colaboración con la Agencia Espacial Europea.

En los últimos días, Miguel Hoyo se ha visto obligado a pensar en asuntos más terrenales. El pánico ha cundido en el norte de Italia, donde los contagios de coronavirus han desatado un «estado de psicosis». Él, asegura, está «tranquilo». «Más que el coronavirus, es el miedo lo que se ha contagiado» , apunta, tras una semana que empezó con paisajes apocalípticos y está terminando con una vuelta natural a la «normalidad». «Pero los primeros días…».

«El supermercado estaba vacío, veía que la gente iba con prisa por la calle, había menos coches…»

El pasado domingo, tras las primeras confirmaciones de infecciones de coronavirus en la región de Trentino, «la cosa se puso bastante fea» : «El supermercado estaba vacío, veía que la gente iba con prisa por la calle, había menos coches…». «Aunque estés sereno, se te pone mal cuerpo al ver el desabastecimiento en el supermercado» , explica, y achaca el fenómeno, no tanto a la proximidad con los focos del virus, pues la región de Trentino está «rodeada», sino a la desinformación.

«Es que se veía en las noticias que en Milán había desabastecimiento y se ha propagado por el norte de Italia», señala Hoyo, que reconoce que las autoridades están siendo «bastante transparentes con lo que está pasando», aunque se muestra más crítico con la cobertura informativa: «Es el principal tema en los periódicos, sale en portada… Quizás al principio estaban informando de manera alarmista , pero ahora la cobertura está siendo más sosegada y correcta».

«Quizás al principio los periódicos estaban informando de manera alarmista, pero la cobertura es más sosegada»

Colegios y universidades también han sido cerrados: «Solo van investigadores». Y nada se sabe del ánimo festivo que cada año, por estas fechas, se extiende por el norte de Italia: «El gobierno de la provincia ha suspendido los eventos del carnaval y todos los eventos públicos se han cancelado» . En su trabajo, por ejemplo, «hay menos personas de lo habitual», porque la propia corporación había permitido al personal que trabajara desde casa, aunque poco a poco han vuelto a la normalidad.

La estampa de desolación se ha repetido en el resto de facetas de la vida diaria, como la deportiva. Miguel Hoyo, que además es jugador de fútbol americano, tampoco ha podido entrenar con sus compañeros hasta este viernes: «Volvemos a entrenar, pero con medidas de restricción, como que no haya más de ocho personas en los vestuarios». «Y sin acercarnos a menos de un metro de otros jugadores». Una recomendación generalizada para toda la ciudadanía.

«La gente ha ido como loca a la farmacia a buscar mascarillas y y geles de manos, y está todo agotado»

La familia de su pareja, que regenta una farmacia en Trento, también ha notado el pánico que ha desatado el coronavirus en la ciudad italiana. «La gente ha ido como loca a buscar mascarillas y y geles de manos, y está todo agotado» , comenta Hoyo. Paradójicamente, este granadino aún no ha visto a ninguna persona por la calle con mascarilla, aunque sí ha comprobado que algunos se desplazan en autobús con guantes clínicos por miedo al contagio.

Miguel Hoyo espera volver sin miedo —ni virus— a Granada la próxima semana, como suele cada poco tiempo. Hace sólo dos semanas, durante el retorno, las autoridades sanitarias midieron su temperatura corporal en el aeropuerto, en busca de la sintomatología compatible con el coronavirus. ¿Aguantará la tos repentina a su paso por la zona de control? «Prefiero regresar a Trento», advierte entre risas, más que de humor, haciendo alarde de su «malafollá» .

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