Covid Córdoba
El ocio nocturno de Córdoba exige no ser cabeza de turco de la quinta ola y pide que se amplíe su horario
Los propietarios de discotecas y pubs de la capital esperan poder reabrir en septiembre u octubre, pero demandan que se garantice su actividad
Varias comunidades ya piden al Gobierno una vuelta atrás en la desescalada
Ocio nocturno y hostelería | Estas son las medidas Covid vigentes en Córdoba
La escalada desorbitada de contagios de coronavirus concentrados en los grupos de edad más jóvenes tras el fin del estado de alarma ha vuelto a poner en la picota al ocio nocturno como uno de los focos de los brotes epidémicos que, una vez más, es señalado como cabeza de turco en el ascenso de la curva de esta quinta ola de la pandemia.
Algunas comunidades autónomas ya han empezado a tomar medidas de restricción en estos ámbitos; no sucede lo mismo en Andalucía, donde el Gobierno andaluz no se cree que este tipo de locales contribuyan a la propagación del virus y apunta más bien a las reuniones privadas y a los botellones . Es más, como ya ha explicado en alguna ocasión el presidente, Juanma Moreno , mientras el ocio nocturno permanezca abierto se puede tener controladas a las personas ya que tienen que cumplir una serie de normas.
Sin embargo, las medidas que actualmente pesan sobre pubs y discotecas impiden que su actividad sea rentable . De hecho, un gran número de establecimientos de este tipo de la capital cordobesa continúan cerrados desde que estalló la crisis sanitaria en marzo del pasado año. Es el caso de Góngora y Babylonia. Su gerente y representante de los locales de ocio nocturno en la Junta Directiva de Hostecor, Rubén Ribero , lamenta que «nos coloquen en la picota, nos echen la culpa de los contagios, cuando, en el caso de Córdoba, la mayoría seguimos cerrados. Es una prueba de que nuestros locales no son peligrosos, ni focos de contagio», asegura.
Este empresario asegura que «hay muchos compañeros que están ya desesperados y no pueden sostener más esta situación». Afirma que «cada vez somos menos los que estamos aguantando, aunque no por demasiado tiempo. Yo espero poder a brir ya en septiembre u octubre , pero necesitamos que se nos garantice nuestra actividad, algo para lo que resulta imprescindible una ampliación de los horarios de cierre».
Solo en la capital hay en torno a medio centenar de locales que se dedican de forma exclusiva al ocio nocturno
Sólo en Córdoba capital hay en torno a medio centenar de locales dedicados exclusivamente al ocio nocturno , según las estimaciones de Alberto Rosales, presidente de la asociación Córdoba APTC. No se incluyen en los números los negocios mixtos , esto es, aquellos en que se ofrecen no sólo copas durante la noche, sino también comida y aperitivos (y algunos hasta desayunos) durante el resto del día.
Actualmente, estos locales de ocio pueden permanecer abiertos hasta las 2.00 horas . El aforo está limitado al 50 por ciento pero sólo para el consumo en el interior del local.
Las terrazas de este tipo de negocios pueden ocuparse en su totalidad con hasta ocho personas por mesa (son seis en interiores). Las barras se pueden usar pero solo en exteriores y con distancia de seguridad, estando totalmente prohibidas en interiores.
Los conciertos y actuaciones están permitidos sólo en exteriores, siempre que sean de pequeño formato, con separación de tres metros hacia el público y está prohibido el baile .
«El hándicap está en que la hostelería tiene permitida la apertura hasta la 1.00, lo que nos deja a los locales de ocio muy poco margen. deberíamos poder abrir hasta las cuatro o las cinco de la mañana », apunta Ribero.
En la misma línea se pronuncia Juan Francisco Prieto , responsable de otro de los locales más populares de la capital, Long Rock , que continúa con la persiana bajada. «Solo abrimos unas siete semanas hasta agosto del año pasado. Los requisitos que se exigen para poder poner en funcionamiento la sala sólo agravarían nuestra ya de por sí complicada situación», apunta.
Este empresario de la noche asegura que «intuíamos que con el fin del estado de alarma, aumentarían los contagios de nuevo y las restricciones y medidas serían más duras para nosotros. Por eso decidimos no volver a abrir, porque eso conlleva mucho trabajo y muchos gastos», se lamenta.
Además, el límite de apertura hasta las 2.00 de la mañana «no nos sirve para cubrir gastos . Hubiéramos perdido más si hubiésemos decidido abrir. Las terrazas cierran a las 1.00 horas, ¿quién va a venir a un local para estar una hora corta?», se pregunta Prieto.
El portavoz del equipo de Long Rock considera que en la desescalada ha habido locales que han sido excesivamente rigurosos con el cumplimiento de las medidas de seguridad, frente a otros «a los que les ha dado igual las restricciones, y ni mascarillas, ni distancia. Y no es justo que nos metan en el mismo saco a todos . Luego todo se centra en los que lo hacen mal y pagamos unos por otros».
En este sentido, considera que «las autoridades deberían ser más exigentes con del cumplimiento de la normativa porque, igual de esa manera, el ocio nocturno no sería otra vez el chivo expiatorio de la crisis sanitaria», a la par que ha criticado la concesión de ayudas al sector : «Hay que ser Superman para acceder a ellas. Están llenas de requisitos y letra pequeña», considera Juan Francisco.
Sobre la posibilidad de volver a abrir, «hasta que no haya un elevado porcentaje de vacunados de entre 18 y 30 años , vamos a continuar cerrados. No quiero poner a los jóvenes en la mira ni culparlos, pero ahora son los que se mueven más y están centrando los contagios. Espero que Long Rock pueda volver a la actividad en septiembre u octubre. Tengo toda la esperanza puesta en la inmunización».
Por su parte, Fernando Laguna , responsable de Bambú Club, recuerda que antes del estallido de la pandemia, «un amigo que vive en China me alertó de lo que venía. Afortunadamente, le hice caso, y tuve que tomar la decisión de prescindir de mi personal. Lo vi venir y, hastra ahora, no hemos reabierto porque sabía que un negocio como este iba a estar en la mira de los contagios», apunta.
Laguna critica que «somos la percha para aguantar los repuntes de casos, cuando en muchos sectores no se cumplen las normas sanitarias: vete a Gran Capitán o a Antonio Maura. ¿Las mesas guardan la distancia preceptiva? Y cada vez somos más los que no podemos soportar esta situación. En mi caso, quiero abrir en septiembre u octubre, aunque esta normativa actual, con la limitación de horarios , acaba con la rentabilidad de nuestros negocios. Si la hostelería cierra a la 1.00, ¿cuánto puedo vender yo, media hora, cuarenta minutos?¿ Y qué empleado se compromete a venir a trabajar hora y media? No tiene sentido».
El responsable de Bambú reprueba, como otros compañeros del sector, la falta de «ayudas claras» por parte de las administraciones, «y ello pese a ser el único que está sufriendo la pandemia totalmente», se lamenta Laguna, que aboga por «buscar soluciones entre nosotros mismo, fijar unas pautas estrictas en base a la normativa y llevarlas a cabo para que, al menos, si luego pasa algo, que no nos crucifiquen».
«Este virus va para largo y tenemos que volver a funcionar; no hablo ya de ganar dinero, sino de, al menos, no comernos los ahorros de la empresa ni los personales», sentencia Laguna.
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