Semana Santa Cádiz
La levantá más joven de Cádiz
El capataz Paco Álvarez, y su hijo de tan solo un año, protagonizan uno de los grandes momentos de la Semana Santa, en una clara demostración de que el futuro de la carga está más que asegurado
Son días de análisis tras todo lo vivido en la última Semana Santa. Momentos de reflexión y de sacar conclusiones tras dos años en los que la pandemia nos ha privado de tener a nuestras imágenes en las calles y disfrutar con la plenitud que merece de los desfiles procesionales.
Momentos en los que se pone en duda el futuro de la carga y los cargadores. Lo vivido en algunas hermandades, en especial el Sábado Santo con la Virgen de la Soledad , hacen poner el acento en un mundo tan complejo pero a la par tan necesario como es el de la carga. ¿Faltan cargadores en Cádiz? Una pregunta que muchos se hacen estos días, planteando cómo puede ser el futuro para los que debajo de nuestras imágenes son fundamentales en la Semana Santa.
Y en ese debate, la semana mayor gaditana nos deja historias llamativas como las del conocido capataz Paco Álvarez. Un Domingo de Ramos en la iglesia de San Agustín, este gaditano que es también gerente de Asodemer, los mercados de abastos de Cádiz, se muestra radiante, no solo porque en unos minutos va a dirigir a su cuadrilla bajo el hermoso Cristo de la Humildad y Paciencia, sino porque para ha llegado un día ilusionante.
"Por fin ha llegado nuestro momento y un Domingo de Ramos para que todas las hermandades de Cádiz puedan estar este año en la calle" , explica Álvarez a las puertas de San Agustín. Es un día muy esperado pues además de ser el inicio de la Semana Santa tras lo peor de la pandemia, muchos cargadores se vuelven a encontrar bajos los palos de los misterios y los palios. Son momentos muy emocionantes que cualquier capataz vive también con mucha pasión.
"Han sido dos años muy duros, hemos vivido muchas cosas y sobre todo mucha gente ha fallecido en el camino hasta hoy", apunta el capataz, momentos después de dirigirse a su cuadrilla y recordar a todas esas personas que nos han dejado estos años atrás. "Hemos perdido a familiares y amigos pero también han nacido algunos de nuestros hijos y por eso hoy queremos acordarnos de todos ellos y seguro que durante la Estación de Penitencia van a estar muy presentes", reconoce emocionado Álvarez.
«No podemos perder nuestras tradiciones»
Por ese recuerdo a los que no están, y por los que han llegado, todos los cargadores de la cuadrilla de Paco Álvarez lo viven a las afueras de San Agustín sabiendo que "lo que vamos a vivir este Domingo de Ramos es algo que seguro no hemos vivido antes", explica uno de ellos. " Somos padres de familia y muchas veces le quitamos tiempo a nuestros hijos para ensayar y estar hoy debajo del Señor", añade el capataz.
Por ello, y en agradecimiento a las familias y a los hijos, José Luis, de tan solo un año de edad, protagoniza uno de los grandes momentos de la Semana Santa de Cádiz. A su corta edad, hace la primera levantá del Señor de la Humildad y Paciencia, convirtiéndose en el toque de martillo más joven de la Semana Santa de Cádiz. Su padre coge la mano de su niño mientras lo sostienes en brazos y en recuerdo a todos los hijos de los cargadores, y el suyo propio, el joven José Luis da el martillazo para que el misterio de la Humildad y Paciencia comience a caminar por las calles de Cádiz.
"Mil días llevamos esperando este momento. Vamos a hacer protestación de fe en la calle y nos vamos a acordar de todos los que no están con nosotros pero también nos vamos a acordar de todos los que han llegado en esta pandemia . Esta levantá la vamos a dar por nuestros hijos". Es el mensaje de Paco Álvarez a sus cargadores en el momento en el que José Luis a brazos de su padre da el primer golpe de martillo vestido con su túnica de la Humildad y Paciencia.
"Para mí es una felicidad inmensa que mi niño con un año pueda dar la primera levantá. Además es algo más especial si cabe pues mi otro hijo está debajo del paso y forma parte de la cuadrilla, por lo que llevo muy presentes a mis hijos", expresa emocionado Álvarez.
Una levantá muy significativa y que reafirma que el futuro de la carga debe estar más que garantizado con el trabajo de los cargadores, los capataces y todos los cofrades. "No podemos perder nuestras tradiciones y lo que supone la carga en Cádiz . Es una manera muy particular de andar y sobre todo es algo que nos hace diferentes. Tenemos que defender nuestro estilo de carga", explica el capataz de la Humilidad y Paciencia.
Cómo se inculcan de generación en generación las tradiciones y la pasión por la Semana Santa hace pensar que el camino está ahí y solo hay que andarlo, de la mano de nuestros padres o de la mano de nuestros hijos.
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