Falta de compromiso
El sábado se puso de manifiesto que hay personas que se apuntan a cargar como a jugar al dominó en una peña, sin tener el más mínimo interés luego de cumplir con lo acordado
Lo que le pasó el sábado pasado a Soledad del Santo Entierro no creo que sea solamente una falta de cargadores, sino una falta de compromiso y esa no entiende de edades. Un problema que es endémico en muchas de nuestras cuadrillas y, también, en ... nuestras Hermandades.
El sábado se puso de manifiesto que hay personas que se apuntan a cargar como a jugar al dominó en una peña, sin tener el más mínimo interés luego de cumplir con lo acordado. Es cierto que ninguno de los que nos metemos debajo de un paso firmamos un contrato pero sí es verdad que damos nuestra palabra de implicarnos en una labor tan importante como es la de ser los pies de unos Titulares. Siempre que me meto debajo de un paso lo hago con la responsabilidad que supone el tener muchos ojos sobre el trabajo que estamos haciendo. Los ojos de esos niños y mayores que vistiendo su hábito nazareno miran hacia atrás para ver como su Imagen Titular va paseándose por las calles de la ciudad. Los ojos de los que desde la acera le rezan a esa Imagen para que les cumpla lo que les ha pedido. Los ojos del público en general que no deben de ver nunca a un paso arrastrándose por llegar a su templo de vuelta.
Lo del Sábado Santo fue la consecuencia de personas que piensan que el paso no duele cuando cae en el hombre, que no saben fajarse frente a las adversidades y prefieren quitarse de en medio cuando la calle viene dura y que sean otros los que se coman el problema. Lo de Soledad fue la mayor muestra de falta de compañerismo que puede existir debajo de un paso, la ‘espantá’ sin mirar que otro compañero puede terminar lastimado por tu huida o por no aparecer a tu cita.
Después veremos a esos mismos que se fueron o que no aparecieron rasgarse las vestiduras por su Virgen o por su Cristo, poner fotos con la ropa preparada para ir a cargar o dando lecciones de porque son cofrades o cargadores. Después nos vendrán algunos queriendo dar clases desde su página de Facebook o desde una barra de una peña de lo que sienten por Soledad y de sus aventuras debajo de un paso y será en ese momento cuando habrá que recordarle el día que no aparecieron o que se fueron de debajo de un paso sin terminar su trabajo.
La realidad no es otra que la que estamos viviendo, una sociedad falta de valores y de compromiso. Donde la palabra dada no vale nada y donde muchos no están ya acostumbrados a sufrir debajo de un paso. Porque, a pesar de lo que muchos que nunca se han metido debajo de un paso piensen, el palo no flota en el aire sino que se clava en el hombro y a medida que van pasando las horas aún más.
Ahora hay un boom de cargadores apuntándose para el año que viene pero eso, por más que me duela, es pan para hoy y hambre para mañana. Creo, y es mi humilde consejo, que la Hermandad se tiene que plantear muy en serio que hacer con respecto a la carga de ese paso. No digo de cambiar al capataz, que es amigo mio, sino a plantearse desde ya el trabajo de dicha cuadrilla. Tienen un año para crear un grupo de cargadores que lleven a Soledad como ella se merece.