Cultos en Santa Cruz

El coronavirus no puede con la devoción

La iglesia de Santa Cruz se llena en la tradicional cita del primer viernes de marzo con el Medinaceli

Una devota del Medinaceli besa al Señor A. Vázquez

A. Mendoza

Cádiz es fiel a la devoción por Jesús de Medinaceli y lo demuestra este primer viernes de marzo en el que el Cautivo de Santa Cruz está expuesto en solemne ceremonia de besapié .

El coronavirus no ha limitado ese fervor que se siente por el Señor de Santa Cruz y desde primera hora de esta mañana son muchos los fieles que se han acercado hasta la Catedral Vieja para visitar al titular de la hermandad del Jueves Santo.

A las nueve de la mañana celebraba la misa el padre Balbino Reguera Díaz , párroco de la Merced. A las 11.00 horas la eucaristía la presidía Servando José Rojas Caldera, capellán del Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad, ante un templo lleno.

El hermano mayor de la corporación, Benito Fernández explicaba el desarrollo de la jornada. «Va perfectamente. Hay una afluencia masiva y la verdad es que el tiempo está acompañando. Hay gente en la plaza de Fray Félix y durante la misa casi hasta la puerta»

En cuanto al temor por el COVID-19 , Benito afirma que «al final ha sido como un efecto llamada porque la fe mueve montañas. No teníamos indicación ni por administraciones sanitarias ni tampoco por el Obispado. Eso sí, estamos extremando un poco más la higiene. Pero la verdad es que hay más gente que años anteriores por el número de estampas que estamos entregando».

La agenda en Santa Cruz

Además del besapié, al mediodía ha comenzado un Vía Crucis, al que le seguirá una misa a cargo de Juan Martín Baro , párroco de Nuestra Señora de Lourdes.

Por la tarde hay un Vía Crucis a las 17.30 horas y a las 20 horas la misa que preside el director espiritual de la hermandad y párroco de la iglesia, Rafael Fernández Aguilar . Este sábado será la Función Principal de Instituto que presidirá el obispo Rafael Zornoza a las 20.00 horas. Participa el coro Ensemble Stella Maris

La devoción por Jesús de Medinaceli es una de las más arraigadas en Cádiz y en otros muchos lugares. Aquí nació a través de la familia Campe formada por Eloisa Martín y Eladio Campe antes de 1938 cuando recibían visitas en su casa del Palillero para contemplar un cuadro que tenían con el Medinaceli de Madrid.

Al ver que esta devoción iba en aumento el matrimonio decidió encargar la imagen al escultor gaditano Miguel Laínez Capote. La imponente talla de este Cristo es de cuerpo entero , de madera de caoba, con el rostro muy moreno y una altura de 1,68 centímetros. Además lleva una melena de pelo natural. Sus rasgos sin duda le dan una majestuosidad única.

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