Conocido por el Servicio Secreto como el X-100, el Lincoln Continental Limousine en el que fue herido de muerte John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, era uno de los vehículos más avanzados de su época. Matriculada con la placa GG-300, la limusina descubierta derivada de la serie Mark VI fue contruída por Lincoln, la compañía de Ford Motor Company y representaba el máximo lujo sobre ruedas.
El vehículo fue montado en 1961 por las carrocerías de Hess y Eisenhardt, con el número de chasis 3Y82N420576, según las directrices dadas por la Casa Blanca para el 35 presidente de los Estados Unidos. El Lincoln original fue entregado en los talleres de Hess, en Cincinnati, donde ya se habían reformado coches para el presidente Harry S. Truman.
Allí cortaron el chasis y 'estiraron' para incluir asientos abatibles en el habitáculo trasero, asas especiales y sistemas de comunicaciones. A cada lado del parabrisas llevaba instalados dos grandes focos, tipo policial.
De color azul oscuro, monta unos estribos en cada flanco, dos plataformas en el parachoques trasero y sus correspondientes asas, donde podían ir subidos los guardaespaldas.
El coche, que podía tener instalados hasta siete tipos diferentes de techo duro -da la casualidad de que el día del atentado no llevaba ninguno-, fue utilizado por Kennedy en sus viajes a Alemania, Irlanda y varios países de Hispanoamérica. También podía incorporar paneles transparentes de plástico, sujetados con un arco también desmontable, para utilizar en caso de mal tiempo. Pero el blindaje brillaba por su ausencia en la parte superior.
Si el presidente estaba cansado, no tenía por qué ir de pié. El asiento trasero era hidráulico y podía elevarse para que el mandatario pudiera ser visto por todo el mundo sin problemas, incluido un francotirador. Al ser descapotable, llevaba montado un sistema de aire acondicionado muy potente, con grandes ventiladores para hacer llegar el flujo. En 1963 la parrilla del coche fue sustituida por una de un modelo de 1962. Asimismo, en la tapa del maletero fueron colocados asideros para los agentes del Servicio Secreto.
Tras el asesinato de Kennedy, la Casa Blanca emprendió un plan para hacerlo más seguro, para ello se creó un comité de 30 expertos -Servicio Secreto, militares y carroceros-. El coche fue entregado en mayo de 1964, tras invertir 500.000 dólares sufragados por Ford Motor Company, algunos proveedores de la firma y el gobierno federal.
Entre otras cosas se le cambió el motor por otro un 17% más potente; se le añadió un segundo compresor de aire acondicionado en el maletero, nuevos sistemas de comunicación, mejora en el blindaje y se le instaló un techo que ya no era escamoteable. Además se repintó con de azul metalizado y, además, se retapizó el asiento en el que había restos de la sangre de Kennedy.
El X-100 sufrió grandes modificaciones de nuevo en enero de 1967. Estuvo en servicio otros diez años. El coche terminó expuesto al público en el Museo Henry Ford en Dearborn, Michigan.