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No preguntes qué hizo por ti
Actualizado: 19:39

FRASES QUE ALIMENTARON EL MITO

No preguntes qué hizo Kennedy por ti

JFK dejó para la Historia citas y discursos que han inspirado no solo a los norteamericanos, en sus aspiraciones por la igualdad racial o por llegar a la Luna, sino a los ciudadanos de todo el mundo, como por ejemplo, los berlineses

13.11.13 - 19:39 -
No preguntes qué hizo Kennedy por ti
John F. Kennedy pronuncia su primer discurso como presidente de EE UU. / Archivo

Si todos los políticos del mundo deberían estar agradecidos a Winston Churchill por haber legado aquellas palabras de 'sangre, sudor y lágrimas' (invocadas siempre que se apela al sacrificio colectivo), no menos tendrían que acordarse de John Fitzgerald Kennedy cuando, en situaciones similares de penuria, proclaman: 'No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino que puedes hacer tú por tu país'. Esta es una de las frases que dejó para la Historia JFK, posiblemente uno de los presidentes de Estados Unidos que más citas forjó, pese a permanecer en el cargo, hasta su asesinato, apenas mil días.

A los norteamericanos les encanta utilizar una palabra, 'inspirer': inspirador. Para decir lo mismo de una arenga, en Europa se utiliza más comúnmente el adjetivo 'motivador', pero 'inspirador' tiene un matiz diferente que en Estados Unidos suelen apreciar. Un discurso 'motivador' es el que mueve a hacer algo; un discurso ‘inspirador’ es el que empuja a soñar con llegar a la Luna. Eso dijo JFK el 25 de mayo de 1961 en una sesión conjunta del Congreso y del Senado estadounidenses: "Esta nación debería unirse para conseguir la meta, antes de que esta década concluya, de llevar un hombre a la Luna y hacerlo volver sano y salvo a la Tierra". El 21 de julio de 1969, Neil Armstrong pisó la Luna.

En eso, en 'inspirar', los discursos de JFK eran únicos, y solo cuarenta y muchos años después, Obama consiguió en sus primeras alocuciones en público un efecto similar. Obama se diluyó al chocar con la realidad, y puede que a Kennedy le hubiera ocurrido lo mismo si no hubiera sido asesinado. Pero en el caso de JFK, su trágica muerte sentó las bases para que se le considere el presidente que mejor supo expresar los deseos y las aspiraciones de su país e incluso de todo el mundo.

Aspiraciones de paz y libertad. Uno de sus discursos más recordados se convirtió en el bálsamo que el mundo necesitaba a las puertas de la destrucción mutua entre Estados Unidos y la URSS. El 22 de octubre de 1962, en plena crisis de los misiles con Cuba, JFK afirmó: "Nuestra meta no es la victoria de la fuerza, sino la vindicación del derecho; no es la paz a costa de la libertad, sino tanto la paz como la libertad, aquí, en este hemisferio, y, ojalá, en todo el mundo".

El pasado 26 de junio se cumplieron 50 años de otra de las frases por las que Kennedy es parte de la Historia también de Europa. En la ciudad separada por el muro de la vergüenza, el presidente norteamericano, menos de cinco meses antes de morir, se solidarizó con todos los habitantes de la capital alemana proclamando 'Ich bin ein Berliner' (Soy un berlinés). "Todos los hombres libres, vivan donde vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por ello, como un hombre libre, me enorgullezco de decir: 'Ich bin ein Berliner'".

Detrás de aquellas frases redondas y de esos discursos que enardecían a las masas se encontraba la mente, y la pluma, de Ted Sorensen, posiblemente el mejor 'negro' de la Historia y en el que muchos 'ghost writers', como el joven Jon Favreau, el de Obama, se han inspirado después. Con apenas 24 años, en 1953, Sorensen se subió al carro de Kennedy y de su puño y letra son frases tan memorables como la de 'qué puedes hacer tú por tu país'. La muerte del presidente lo dejó, según propia confesión, "devastado", y aunque escribió después el primer discurso de Lyndon B. Johnson ante el Congreso, decidió en 1964 dejar la política.

Los derechos civiles ("La paz y la libertad caminan juntas"), el diálogo en aras de la paz ("Jamás negociemos con miedo, pero jamás tengamos miedo a negociar") o la importancia de la cultura ("El arte es una forma de verdad") son otros de los asuntos que jalonan sus discursos, aquellas palabras que tenían como fin concretar la metáfora de la 'nueva frontera'. La JFK Library los guarda como, posiblemente, el legado más importante del presidente John Fitzgerald Kennedy.

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