
De Constanza a Jackie
"Jacqueline Kennedy ha dado al pueblo estadounidense algo que siempre había deseado: majestuosidad". El periódico británico 'The London Evening Standard' resumió así su labor como primera dama tras el asesinato de John F. Kennedy. Convertida en un icono de la moda desde que su marido fuese elegido presidente de los Estados Unidos, supo alcanzar el estatus de mito durante su tortuosa vida.
Hija del corredor de bolsa de Wall Street John Vernou Bouvier III y Janet Norton Lee, Jacqueline Lee Bouvier nació en Southhampton (Nueva York) el 28 de julio de 1929. Los Bouvier se divorciarion cuando 'Jackie' tenía tan solo 11 años y su hermana, Lee Radziwill, siete. Dos años más tarde, Janet rehízo su vida con el heredero de la petrolera estadounidense Standard Oil, Hugh Dudley Auchincloss Jr., con el que tuvo dos hijos más: Janet y James Lee.
Tras pasar por tres colegios diferentes, Bouvier cursó sus dos primeros años de universidad en el elitista Vassar College (Nueva York), donde la apodaron 'Princesa Borgia'. Después se trasladó a Francia, donde recaló en la Universidad de Grenoble y en la Sorbona de París. Al regresar a Estados Unidos se trasladó a la Universidad George Washington, en Washington D.C., donde se graduó en 1951 en literatura francesa. Para celebrarlo, recorrió Europa en compañía de su hermana, viaje que plasmó en su libro autobiográfico, 'One Special Summer' (Un verano especial). Ya en EE UU, fue contratada por 'The Washington Times-Herald' y se comprometió con un corredor de bolsa llamado John Husted GW, Jr., a quien abandonó por John Fitzgerald Kennedy.
Una nueva Kennedy
El 12 de septiembre de 1953, tan solo un año después de que el periodista Charles L. Bartlett les presentase en una cena, Jacqueline y John contrajeron matrimonio en la iglesia St. Mary de Newport (Rhode Island) ante 700 invitados. El vestido de novia, conservado en el Museo Presidencial de John F. Kennedy de Boston, fue creado por la diseñadora neoyorkina Ann Lowe.
Los recién casados se instalaron en Hickory Hill, Virginia, donde tuvieron que hacer frente a los primeros reveses de su relación: mientras John lidiaba con la enfermedad de Addison -insuficiencia suprarrenal- y el dolor crónico debido a una herida de guerra, 'Jackie' sufrió un aborto en 1955 y dio a luz a una niña muerta, Arabella, en 1956. La situación mejoró un año más tarde, cuando nació Caroline, y, tres años después llegó al mundo John-John. Una etapa muy feliz que se vio coronada con la elección de John F. Kennedy como presidente de los Estados Unidos. Jacqueline, con 31 años, se convirtió en la primera dama más joven de la historia, título que nunca le gustó ya que decía que parecía el nombre de un caballo de carreras.
Con su llegada a la Casa Blanca, 'Jackie' se convirtió en centro de atención por su elegancia y su cuidado estilismo, que también recibió algunas críticas al decantarse por diseñadores europeos, especialmente franceses, y dejar de la lado la moda patria. La 'it girl' por antonomasia de la década de los 60 sabía sacarse partido -se describía a sí misma como una mujer que no poseía una gran figura pero sabía cómo escoger las piezas correctas- con las prendas de Givenchy, Dior, Chanel y Oleg Cassini, quien se convirtió en su diseñador de cabecera, llegando a confeccionar 300 piezas para la entonces primera dama. Jacqueline disfrutaba con su nuevo estatus y gastaba ingentes cantidades de dinero en su fondo de armario, en el que invirtió unos 50.000 dólares en los primeros quince meses como primera dama. Tampoco tuvo reparos en comprar mobiliario y obras de arte para dotar de mayor contenido histórico la Casa Blanca, donde organizaba los actos sociales más relevantes de la época.
Sin embargo, el fatídico 22 de noviembre de 1963 se truncó su sueño americano. Jacqueline, que entonces tenía 34 años y se recuperaba de la perdida de su hijo Patrick, que murió dos días después de una cesárea de emergencia, estaba sentada al lado del John cuando fue asesinado. La templanza de la que hizo gala durante el funeral, llevando a sus dos hijos de la mano tras el ataúd, fue alabada por el pueblo americano, demostrando que Eleanor Roosevelt no se equivocaba cuando dijo que "había en ella más de lo que se veía a simple vista".
Una tragedia griega
Atemorizada por la maldición que se cernía sobre los miembros del clan Kennedy, abandonó Estados Unidos con sus hijos para refugiarse en los brazos del armador griego Aristóteles Onassis, con quien contrajo matrimonio el 20 de octubre de 1968 en la isla privada de Skorpios.
La relación, marcada por el rechazo de la hija del magnate, Christina Onassis, a la nueva esposa de su padre, pronto hizo aguas. 'Jackie' se consolaba derrochando la fortuna de Aristóteles en viajes y compras -adquirió 200 pares de zapatos en un solo día-, mientras que el magnate, cansado de las extravagancias de su mujer -llegó a mandar que le trajesen el pan desde una tienda de Chipre en un avión privado-, se volvió a refugiar en los brazos de María Callas. En marzo de 1975, cuando aún estaban tramitaban el divorcio, Onassis murió, dejando una gran herencia a 'Jackie' para disgusto de Christina Onassis.
A Jacqueline, que compartió los últimos años de su vida con el comerciante de diamantes belga Maurice Tempelsman, se le diagnosticó un linfoma en 1994 que acabó con su vida en pocos meses, cuando se encontraba en su apartamento de la Quinta Avenida. Desde entonces, la 'Reina de América', como la llamaba Fran Sinatra, descansa junto al hombre de su vida, John F. Kennedy.