LEY DE CAPITALIDAD. Zapatero, con De la Vega, Jiménez y Gallardón, en la presentación ayer de la norma que reconoce la singularidad de Madrid como capital. / E. AGUDO
ESPAÑA

Zapatero remodelará el Gobierno cuando el Congreso apruebe el nuevo 'Estatut'

El presidente quiere romper con la imagen de un Ejecutivo desgastado por la reforma territorial y afrontar la segunda mitad de la legislatura con ministros de mayor peso político Sevilla, Sansegundo, Trujillo y Calvo, los que más probabilidades tienen de dejar el cargo

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José Luis Rodríguez Zapatero remodelará su gabinete cuando el Congreso de los Diputados apruebe el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, según informaron fuentes gubernamentales. El presidente del Gobierno pretende afrontar la segunda mitad de la legislatura con un Ejecutivo de perfil «más joven y con mayor peso político», que le permita superar el desgaste del actual equipo -lastrado sobre todo por la polémica desatada con la reforma territorial- y encarar con más garantías los próximos procesos electorales.

Sus colaboradores más cercanos sostienen que Rodríguez Zapatero «no es amigo de los cambios», pero admiten que en los últimos meses parece convencido de que el Consejo de Ministros que cada viernes preside en el Palacio de La Moncloa requiere de ajustes. Unos cambios que, en principio, llegarán en mayo, según argumentan varios ministros, y que afectarán a los titulares de carteras que no han cumplido con las expectativas en ellos depositadas. Jordi Sevilla, responsable de Administraciones Públicas, o María Antonia Trujillo, al frente de Vivienda, son, entre otros y según señalan algunos, dos ejemplos de ello. Rodríguez Zapatero formó su primer Gobierno con políticos de experiencia y acreditado prestigio -como el vicepresidente económico, Pedro Solbes-, dirigentes del PSOE que le acompañaron en su labor de oposición -como el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera- pero también hizo apuestas más arriesgadas para cubrir las cuotas de algunos territorios en carteras como la de Cultura, que ocupa la cordobesa Carmen Calvo.

Fuentes gubernamentales aseguran que los pesos pesados -Solbes y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega- se mantendrán, mientras que el jefe del Ejecutivo dejará de contar con los que han cometido errores evidentes para incorporar a determinados colaboradores del equipo que formó cuando era líder de la oposición y que quedaron fuera del primer gabinete por unos u otros motivos.

Se trataría de dirigentes implicados a fondo en su proyecto, en general más jóvenes pero con tablas en política. El nombre de Trinidad Jiménez, líder de la oposición municipal en Madrid, suena con fuerza como sustituta, en principio, de Carmen Calvo. Algunas fuentes apuntan que, incluso, el jefe del Ejecutivo podría contar con algún independiente como fichaje estrella.

Dos años después de ganar las elecciones generales, el presidente siente superada la etapa de consolidación en el cargo, por lo que tiene las manos libres para cambiar piezas con la única limitación que él mismo se impuso en abril de 2004: que en la mesa del Consejo de Ministros se sienten igual número de hombres y de mujeres.

El momento adecuado, según ha desvelado a algunos miembros del Gobierno, sería después de que la Comisión Constitucional apruebe la reforma del Estatuto de Cataluña y de que -por fin- pueda pasar página del asunto que más problemas le ha dado y que más ha deteriorado la confianza de los ciudadanos en él, según señalan los sondeos de los últimos meses. El jefe del Ejecutivo quiere llegar a la Conferencia Política del PSOE, convocada para los días 2, 3 y 4 de junio en Madrid, con los ceses y los nombramientos publicados en el Boletín Oficial del Estado.

Soltar lastre

Salvo imprevistos, Zapatero llevará cabo la remodelación de su equipo de gobierno en el ecuador de la legislatura con el objetivo principal de soltar el lastre del desgaste provocado por el Estatuto de Cataluña y también de su indeseada dependencia de ERC. La crisis de gobierno buscará, por tanto, conformar un gabinete más sólido con el que poder afrontar con mayores garantías los dos años que le restan de mandato antes de las elecciones de 2008. Las caras nuevas del próximo Gobierno simbolizarán la superación de la etapa actual y la puesta en marcha de las principales reformas sociales del PSOE.

El presidente ha dedicado sus dos primeros años en el Palacio de La Moncloa a deshacer las medidas más contestadas del PP, a extender los derechos civiles y a atender las necesidades sociales más urgentes, todo ello sin aumentar en exceso el gasto público. Ahora, siempre pendiente de las encuestas, quiere adoptar medidas que afecten y mejoren la vida de la mayoría de los ciudadanos. En ese apartado están la Ley de Dependencia, la de igualdad entre hombres y mujeres, las medidas para conciliar la vida familiar y laboral o la reforma del IRPF, con la que el presidente pretende beneficiar a las rentas más bajas.

Poner en marcha esas iniciativas será la principal misión de su equipo en la segunda etapa de la legislatura, en la que ha señalado como objetivos prioritarios la estabilidad en el empleo, la integración de los inmigrantes y la mejora de la seguridad. No sólo la seguridad ciudadana, sino también la antiterrorista, en la que el jefe del Gobierno espera importantes avances hacia la paz.