MUNDO

EE UU sufre una de sus semanas más cruentas desde la invasión de Irak

Uno de sus helicópteros de combate se estrella en el norte y deja doce muertos El Pentágono ha perdido a 28 uniformados en apenas cuatro días

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Estados Unidos concluyó ayer una de las semanas más aciagas para su Ejército desde que en marzo de 2003 comenzara la invasión y posterior ocupación de Irak. En apenas 48 horas, 17 soldados han perecido en el país del Golfo. El último incidente se registró en la noche del sábado, cuando al menos doce personas, cuatro tripulantes y ocho pasajeros, perdieron la vida en el norte de Irak al estrellarse un helicóptero militar norteamericano. A este incesante goteo de bajas se suma la muerte de cinco marines en diferentes operaciones de combate durante el fin de semana.

Tan sólo dos días antes, el jueves, el Pentágono había padecido un duro golpe de la insurgencia al perder a otros once hombres en una oleada de ataques y enfrentamientos con grupos rebeldes en distintas áreas del país árabe.

El helicóptero que se estrelló con sus doce ocupantes, un UH-60 Black Hawk, cayó cerca de la ciudad de Tal Afar, a unos 300 kilómetros al norte de la capital y ubicada en el llamado triángulo suní, bastión de la insurgencia. Al parecer, el aparato se precipitó a tierra poco antes de la medianoche del sábado al domingo en una zona populosa ubicada a unos 12 kilómetros al este de Tal Afar.

Según el comunicado, el Black Hawk se desplazaba entre dos bases militares cuando se perdió el contacto con el aparato, que fue hallado ayer al mediodía. Por el momento, se desconoce si se trató de un accidente o de una acción de combate.

Con estas nuevas muertes, asciende a casi 2.200 el número de militares norteamericanos caídos en acción en Irak desde el inicio de la guerra. Pero lo cierto es que estas últimas acciones de violencia son las más sangrientas para el Ejército de EE UU desde que el pasado primero de diciembre murieran otros once uniformados, y se producen pocos días después de que el presidente George W. Bush anunciara una retirada parcial de las tropas del país árabe.

Precisamente, el número dos de la red terrorista internacional Al-Qaida, Ayman al-Zawahri, afirmó el viernes en un vídeo transmitido por la televisión por satélite qatarí Al-Yasira que las palabras de Bush «son una victoria musulmana en Irak». La organización terrorista cuenta con una importante presencia en el país del Golfo, ya que los atentados más sangrientos han sido reivindicados por su brazo en la nación, que dirige el prófugo jordano Abú Musab al Zarqaui.

Numerosas víctimas

La semana pasada también se erigió como una de las más cruentas para los civiles y los efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes tras la muerte de unas 150 personas en ataques suicidas en el triángulo suní.

Sin ir más lejos, ayer mismo dos personas murieron y siete resultaron heridas en un atentado suicida con coche bomba en Bagdad contra un convoy de vehículos en el que viajaban asesores del consejero de Seguridad Nacional iraquí, Muwafaq al-Rubei.

También un miembro del grupo chií laico Acuerdo Nacional Iraquí, del ex primer ministro Iyad Alawi, fue asesinado en la capital mientras que en otro ataque terrorista un suicida se inmoló en un microbús y causó heridas de diversa consideración a seis personas.

Por otro lado, la Asociación de Clérigos Musulmanes (ACM), la formación religiosa suní más poderosa de Irak, denunció ayer el asalto por parte de soldados iraquíes y estadounidenses de la sede de esa organización en el oeste de la capital, donde detuvieron a cinco personas. Esta operación militar fue condenada desde El Cairo por la Liga Árabe, que pidió, en un comunicado, la inmediata liberación de los arrestados, e instó a los militares norteamericanos a que «eviten acciones que puedan ocasionar el deterioro de la situación en Irak».