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Afortunada liberación del ingeniero galo

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El secuestro del ingeniero francés Bernard Planche tuvo ayer un final feliz con su liberación, 24 horas después de que otro extranjero, en esta caso una periodista de EE UU, fuera capturada en Bagdad. Al parecer, el ciudadano galo se benefició de un golpe de suerte y de un error de sus captores la tarde del sábado cuando iba a ser traslado a otro lugar.

Según el relato de la Policía, los secuestradores se vieron obligados a soltar al ingeniero al ser sorprendidos por una patrulla iraquí cerca de la localidad de Abú Ghraib, localizada a 30 kilómetros al oeste de Bagdad. «Los terroristas trataban de trasladar al rehén a otro lugar y no esperaban hallar un puesto de control en aquella carretera», explicó la fuente.

Planche fue capturado el pasado 5 de diciembre por una grupo de hombres armados cuando estaba en su domicilio en un barrio de Al-Mansur, una de las zonas más lujosas de Bagdad durante el régimen del depuesto Sadam Husein y, ahora, una de la más vigiladas, ya que en ella tienen su sede múltiples embajadas. De hecho, el ingeniero, que trabajaba desde hacía dos años para una ONG en la capital, solía moverse sin apenas protección.