El Príncipe Enrique deja el Ejército proclamando que fueron «diez años épicos»
En otoño empezará a buscar un nuevo trabajo y pasará el verano en África, en programas conservacionistas
El Príncipe Enrique , de 30 años, ha confirmado este fin de semana formalmente que deja el Ejército tras diez años de servicio , decisión que ya había hecho pública el pasado febrero. Enrique, quinto en la línea sucesoria al trono, se despide asegurando que fueron «diez años épicos» y también añade que «muy divertidos», valoración un tanto sui géneris, dado que por dos veces (en 2008 y 2012) participó en la guerra de Afganistán , conflicto que no se pude calificar precisamente como «divertido».
Durante los próximos tres meses, el menor de los dos hijos del Príncipe Carlos y Diana de Gales se irá a África , para participar en proyectos conservacionistas en Namibia, Sudáfrica, Tanzania y Botswana.
En otoño, Enrique será, entre comillas, un joven parado más. Pero para ocupar su tiempo mientras no encuentra un nuevo empleo colaborará con la fundación que atiende a los veteranos heridos en el frente . El Príncipe ha llevado a cabo una importante labor en ese campo, porque ha sido uno de los impulsores de los llamados «Invictus Games» , competición deportiva en la que participan mutilados de guerra . Enrique presentó los actos y se ganó a los británicos, entre los que goza de grandes simpatías, a pesar de su pasado tarambana. A comienzos de año algunas encuestas lo situaron como el personaje más apreciado de la familia real , seguido por Kate Middleton, por su abuela Isabel II y por su hermano Guillermo , que aparecía en cuarto lugar.
Harry, que para muchos ha salido a su madre más que a su padre , nunca fue un muchacho de libros. Tras el obligado paso por el elitista colegio de Eton, descartó emprender estudios universitarios y en 2005 ingresó en la prestigiosa academia militar de Sandhurst , donde se formó durante 44 semanas. Al hilo de su renuncia, el Príncipe ha hecho una valoración de lo que ha supuesto para él la vida militar , que considera que lo ayudó a mantenerse alejado de problemas : «Lo elegí porque desde pequeño me gustó el combate, disfruté corriendo con el rifle, saltando en una zanja o viviendo bajo la lluvia y esas cosas. Pero al crecer se convirtió en más que eso. Fue una oportunidad para escapar del centro de atención . Fueron diez años épicos, que me han dado mucho. El Ejército me ha dado un gran trabajo y nunca lo podré agradecer lo suficiente».
El hito de su carrera militar fue combatir en Afganistán como piloto-fusilero en un helicóptero Apache. En la guerra afgana sus compañeros lo conocían como «Capitán Gales» .
Algunos analistas británicos consideran que Enrique comete un error dejando el Ejército , que ayudaba a imponer un cierto orden a su vida , porque lo obligaba a asumir tareas regladas, amén de las que lleva a cabo en el marco de representación de la Reina. Se invoca el ejemplo de su tío el Príncipe Andrés , que tras ser un oficial distinguido en la Royal Navy, que incluso combatió en la Guerra de las Malvinas , lo dejó en 2001 y comenzaron todos sus problemas y traspiés . Si tienes un carácter complicado, el Ejército deja menos tiempo libre para meterte en líos.
Enrique, un pelirrojo de rostro colorado y 1.89 de estatura, es un personaje público con mucha presenci a . Hace dos semanas fue el anfitrión de Lady Gaga en un concierto en el Royal Albert Hall de Londres y esta semana, el encargado de recibir a Michelle Obama y sus hijas en el Palacio de Kensington , su residencia, donde las cumplimentó con un té .
No todo han sido buenas noticias en la vida del Príncipe. Su primera polémica se produjo a sus 17 años , cuando los tabloides destaparon sus jaranas de cannabis y alcohol. Su padre Carlos lo castigó con tareas de trabajo social . Algunos críticos del Príncipe de Gales lo acusan de haber aprovechado el traspié del muchacho para apuntalar su imagen de buen padre viudo tras la muerte de Diana.
El siguiente patinazo llegó cuando lo sorprendieron llamando «nuestro pequeño paki» a un compañero, expresión racista, calificada de «impresentable» por el primer ministro y que lo obligó a pedir disculpas. Pero todavía hubo dos hitos más. En una fiesta se disfrazó de nazi , de soldado del Afrika Korps. En agosto de 2012 se relajó con una fiesta sexual en su habitación de un hotel de Las Vegas y de nuevo las fotografías acabaron en la prensa .
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