Wesley Bryan, de los trucos a la gloria

Hay veces que la realidad supera a la ficción. Aunque la ficción sea muchas veces real. Hasta hace un par de años Wesley Bryan era un chaval descerebrado que mataba el tiempo subiendo vídeos de golpes imposibles a internet. Desde ayer, forma parte de los elegidos que han conseguido ganar un torneo en el PGA Tour , lo que le abre un futuro que nunca se hubiera imaginado cuando estaba haciendo el loco junto a su hermano George .

Con 27 años , Wesley está viviendo todo un sueño. Y no porque sus habilidades con los palos no le hubieran colmado su ego y su popularidad (tiene más de 13,6 millones de seguidores en tuiter), sino porque ahora está cunpliendo su ambición de ser un golfista de verdad. Su victoria en Hilton Head , el famoso campo del faro rojiblanco que pasa por ser el tercero más difícil del circuito) es especialmente significativa para él porque es el primer jugador local en conseguirla. Nacido en Columbia y formado en la universidad de Carolina del Sur , no habría podido elegir un lugar mejor para inciarse.

Mas Bryan no solo estaba satisfecho por la oportunidad del escenario de su debut vencedor. El momento también fue clave para él, pues reconoció «estar muy orgulloso de lograr este éxito justo en el Domingo de Resurrección, cuando Jesús salió de la tumba ». Esta profesión de fe demuestra su inquebrantable capacidad de superación, que le llevó a capear con los terribles «yips» en su etapa colegial y a no venirse abajo al no tener ningún futuro profesional al graduarse. «Al principio lo vimos como una diversión, pero pronto vimos que ayudaban a la gente a tratar de mejorar su técnica para imitarnos» comenta sobre sus vídeos.

Hace dos años, Wesley intentó de nuevo la vía de la competición y salió cara. Con su hermano como «caddy» se sacó la tarjeta del web.com Tour (la segunda división americana) y en 2016 ganó tres torneos y se proclamó jugador del año . Y este, a las primeras de cambio, ya es todo un ganador del Tour. Sin trampa ni cartón. Remontó cuatro golpes la última jornada y se comportó como todo un campeón. «Estaba súper nervioso -reconoció- pero había soñado desde niño con este momento y supe controlarme. Estoy más que satisfecho de lo bien que he aguantado la presión ». No le hacía falta más que pegar unos cuantos de sus golpes mágicos para que el truco se hiciera de lo más real.