30.01.12 -
Eva dibuja. A veces aprieta el lápiz para no sentirse sola. De sus recuerdos, de sus pensamientos y de sus sueños ha extraído los colores primarios para mezclarlos, insegura a veces, siempre artista, en la paleta de la vida.
Sus exposiciones siempre causan expectación en Cádiz. Cada dos o tres años, la pintora zaragozana Eva Armisén regresa a la galería Benot con nuevos episodios de su diario autobiográfico en forma de estampas coloridas, vitalistas y con ecos a la ingenuidad y ternura propias de la niñez. Casi todos sus cuadros están protagonizados por una figura femenina que, según ella, es su álter ego, una extensión de sus mejores virtudes a través de cual cuenta diversas historias.
Ahora Armisén trae a Cádiz medio centenar de piezas, entre grabados, serigrafías y dibujos, muchos de ellos de reciente producción. Su línea sigue siendo la misma, aunque su estilo ha ido evolucionando hacia un cierto minimalismo en el dibujo. «Quiero comunicar más con menos. Antes mis obras eran algo más barrocas, ahora les he ido quitando aquello que no explicaba algo concreto para dotarlas de mayor sencillez», explica la autora desde su estudio
Es la madre Armisén que todo lo puede si lo tiene cerca, si conoce los límites del papel, de la superficie en la que pinta su mundo. Extiende los brazos extraordinariamente en un generoso abrazo, queriendo abarcar la vida. Si siente que no llega, que no sabe, rebusca entre sus pinturas, asoma la cabeza al mundo, sale de excursión y vuelve con el bolso cargado de utensilios; trucos, juegos, música, papeles de colores, purpurina, un poco de todo. Trata de llenar, perseverante, el frasco soñado que contenga el pigmento de la felicidad. Eva tiene, por cierto, una voz de colores y una sonrisa musical.
Dónde: Cádiz. Galería Benot.
Cuándo: Hasta el 10 de marzo de 2012.
Horario: De lunes a viernes de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 21:00 h. Sábados de 10:30 a 14:00.
