Los trabajos de renovación y ampliación del acerado recogidos en el Plan de Accesibilidad, que se realizan desde el mes de mayo en la ciudad, han provocado la amarga quejas de los vecinos de San Ignacio. Los residentes denuncian que los trabajos han provocado la pérdida de todos los estacionamientos que existían en dicha calle.

La solución que se propone desde el Ayuntamiento a sus residentes es el estacionamiento de los vehículos en las calles adyacentes o en la bolsa existente junto al puente de Renfe, una medida que los vecinos consideran «injusta» dado que los problemas para aparcar diariamente son constantes porque no hay plazas suficientes. La mayoría de ellos tienen que trasladarse hasta la zona de Las Canteras o al Paseo Marítimo para poder estacionar su automóvil. «Con los pocos estacionamientos que ya de por sí existían, ahora resulta prácticamente imposible aparcar cada día», comentaba María Ángeles de Salas, vecina de la calle. Otra de las principales afectadas es Carmen Sánchez, propietaria del taller La Rubya, para quien las pérdidas han sido principalmente económicas. «De cinco coches que tenía antes diarios, desde que están aquí las obras se han reducido a uno», manifestaba la propietaria. «Además de las dificultades que estoy teniendo para afrontar los gastos mensuales por las obras, una vez éstas concluyan va a ser imposible que estacione los coches que vengan al taller para ser reparados», explicaba Carmen. Junto al taller La Rubya, al que hay que acceder por la calle de La Cruz Verde, existe un supermercado que cerró sus puertas la semana pasada. Los vecinos comentaban que entienden el sentido de las obras pero piensan que deberían haber previsto la considerable falta de aparcamientos desde el Ayuntamiento, ofreciendo así una solución a los vecinos de la zona que diariamente tienen que estacionar sus vehículos.