Ciudadanos
Sólo ocho alumnos faltan a su cita con las pruebas de acceso a la Universidad Descartes, Kant, la Guerra de Cuba y 'El caso Savolta', primeras trabas de los estudiantes
Hojas sueltas entre las manos y la mayoría de ellas subrayadas. Suspiros, resoplidos y las últimas preguntas a los compañeros antes de entrar. A las nueve de la mañana de ayer se iniciaba la Selectividad para los más de 4.000 alumnos de la provincia. Exactamente 4.008, debido a las ausencias de última hora que rebajaron en siete las cifras dadas por la Universidad de Cádiz (UCA) hace una semana.
Según destacó el director general de Acceso y Orientación Universitaria de la UCA, Eduardo González, la primera jornada se desarrolló de forma normal sin que se produjera ningún contratiempo «más allá de los típicos retrasos y el olvido del documento de identificación nacional». Problemas resueltos rápidamente por el personal distribuido por la UCA en las 15 sedes repartidas en los cuatro campus de la provincia.
Una dura jornada en la que se realizaron aquellos exámenes dependientes a las asignaturas comunes. En el caso del Análisis de Texto de Lengua Castellana y Literatura, los estudiantes tuvieron que elegir entre desarrollar las preguntas relacionadas con un texto narrativo sacado de La verdad del caso Savolta, de Eduardo Mendoza, o uno periodístico que trataba precisamente sobre el plan Bolonia. Un quebradero de cabeza para los estudiantes sobre su futuro académico y que no ha dejado pocas polémicas, con encierros incluidos, durante los últimos meses. Pues ni eso, ni en la Selectividad consiguieron librarse del famoso plan que regirá la universidad a partir del curso viene.
En cuanto al Comentario de Texto Histórico las posibilidades se repartieron entre la caída del imperio colonial y la crisis de 1.898 o el desarrollo de la Guerra Civil. Los estudiantes que se enfrentaban a la Composición de Texto Filosófico tuvieron que decidirse por contestar preguntas relacionadas con el Discurso del Método de Descartes o Los fundamentos de la metafísica de las costumbres de Kant. El cierre de este intenso día lo pusieron los exámenes de idioma, es decir Inglés, Francés y Alemán.
«Es más lo que dicen que lo que es». Así resumieron los alumnos su estado de ánimo tras las salidas de las diferentes pruebas. Un panorama que se repetía tanto en Económicas y Empresariales como en Filosofía y Letras en Cádiz y que se extendía a todas las sedes de la provincia. Y es que las caras con las que entraban los estudiantes eran muy distintas a las que tenían cuando salían de las aulas. Una vez que comprobaron por sí mismos el desarrollo de los exámenes los nervios se relajaron, aunque algunos vivieron momentos de tensión «sobre todo al entrar y en ese rato en el que están repartiendo los folios», aseguraba Pablo Guijo, que accedía a las pruebas a través de Ciencias de la Salud. Para otros la presión era insoportable y no pudieron evitar que se les escaparan algunas lágrimas. Era el caso de Soraya Babzzine, a la que le sorprendió la prueba de Historia «pues han puesto textos muy complicados. Lo que mejor te estudias es el siglo XIX y creo que ha sido la primera vez que ha caído la guerra de Cuba».
La mayoría buscaba a sus amigos contentos de cómo les había salido el examen y sin poder aguantar la tentación de saber lo que habían respondidos sus compañeros. «Claro que después te asaltan las dudas porque todos han puesto algo que a ti se te ha olvidado», afirmaba María Manzorro.
Hoy es el turno para aquellas materias específicas de cada bachillerato.
