Nació en una familia acomodada en Cuba, de donde tuvo que salir para exiliarse en Estados Unidos y empezar de cero. Combatió en la guerra de Vietnam y fue ascendiendo en el mundo de los negocios hasta fundar el imperio Telepizza y reflotar una empresa de telecomunicaciones como Jazztel, que estaba al borde del precipicio. Todo lo que invirtió lo recuperó con creces hasta convertirse en multimillonario. Leopoldo Fernández Pujals, el empresario de moda, llega esta tarde a Cádiz para participar en el Ciclo de Diálogos de LA VOZ. Desgranará algunos pasajes fundamentales de su vida, que están recogidos en una biografía que acaba de publicar, 'Apunta a las estrellas y llegarás a La Luna'. La cita, en la que estará acompañado por el presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez Rojas, está patrocinada por el Ayuntamiento de Cádiz, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Cepsa, Diputación de Cádiz, ESIC, Fundación Cajasol, Fundación Cruzcampo, Hidralia, Martín Casillas, Unicaja y Zona Franca de Cádiz. De momento, deja unas pinceladas que dan cuenta de una personalidad arrolladora labrada a base de trabajo y triunfo.
-Llega usted a Cádiz con un libro bajo el brazo en el que cuenta cómo ha llegado a ser un empresario de éxito mundial, ¿se le acaba a uno la ambición cuando se han conseguido tantas cosas?
-Yo cambiaría la palabra ambición por retos. Cuando uno empieza desde cero lo más grande es posible. Es como ponerte delante de una montaña y ponerte como meta llegar a la cima. Una vez que has llegado arriba empiezas a ver cosas que están más lejos, más altas y vas de cima en cima. Ahora mismo, a nivel personal opino que la vida se puede partir en cuatro etapas de veinte años cada una y yo estoy ahora en la cuarta, con 67 años, y estoy enfocado en transmitir mis conocimientos a mi descendencia. Estoy seguro de que gran parte de lo que me ha llevado a mí al éxito no se enseña en las universidades. Por eso he escrito este libro y voy a crear una cátedra, aquí en España, para enseñar cómo he logrado ese éxito.
-¿Y cómo se plantea sacar adelante ese nuevo reto?
-He puesto a mi abogado a que se ponga en contacto con quien corresponda, porque no deseo intentar crear una cátedra y que personas que no piensan como yo me pongan chinas en el camino. Si encuentro a alguien que me permite montar la cátedra como a mí me gustaría, pues fenomenal. Si no, tendré que crearla por mi cuenta.
-¿Qué le parece que le consideren un gurú del mundo empresarial?
-No me impresiona.
-Pero no es algo normal...
-Yo me he propuesto en esta vida cumplir mis sueños. He ido evolucionando etapa a etapa y país por país. Me siento orgulloso de a donde he llegado, pero eso no quiere decir que me vaya a retirar. Todavía tengo salud tanto mental como física y voy a seguir intentando contribuir a la sociedad.
-Cuanto más alto se sube en esa montaña de la vida más vértigo debe dar mirar hacia abajo y pensar en perder lo que se ha conseguido, ¿parará de emprender en algún momento?
-Mi deseo ahora es enseñar a mis hijos a cómo emprender. Si yo sigo dirigiendo empresas no voy a dejar que mi descendencia aprenda. Quiero que ellos sean los que emprendan nuevos negocios conmigo asesorándoles.
-¿Para triunfar en los negocios es necesario haberlo pasado antes mal en la vida?
-Yo diría que ayuda a motivarte. Yo nací en una familia acomodada de Cuba y de repente vino la 'robolución', porque eso no fue una revolución, y eso te deja huella. Estando en el exilio en Estados Unidos llegué a la conclusión de que no debía quejarme, sino hacer lo que hicieron mis antepasados cuando fueron a Cuba. Algunos eran militares, otros inmigrantes, y levantaron cabeza y triunfaron en Cuba. La vida que yo viví allí se la debo a mis antepasados. Básicamente me propuse levantar cabeza de la misma forma para ofrecer a mis hijos la educación y el hogar que mis padres me dieron a mí.
-Para recorrer el camino, ¿es necesario tener clara la meta?
-Yo sugiero que uno tenga claro qué es lo que le busca, lo que le llena, que se autoforme para ser competente en ese tema en particular e identificar metas. Inicialmente serán metas pequeñas. Si me preguntas si hace tres años pensaba que iba a escribir un libro, te diría que no. Si me preguntas si hace diez años me imaginaba poniendo en marcha una cátedra, te diría que no. Si me dices si tenía pensado colocar una empresa en el IBEX35, te diría que no. Y mucho menos dos, porque nadie más lo ha hecho.
-¿Le debe algo a la suerte?
-Algunos pueden verlo así. Pero mis éxitos se deben a estar bien enfocado, a trabajar, a tener tenacidad. He tomado decisiones temerarias en algún momento. Más de uno me ha dicho que estaba loco y al final me ha salido bien.
-Dice usted que las grandes oportunidades son válidas y funcionan si se emprende en el instante adecuado. ¿En España se da el instante adecuado para algo?
-Ese pensamiento debe estar en la mente de cada persona. Como dijo Ortega y Gasset, cada uno depende de sus circunstancias. Los sueños de cada uno están en su cabeza. No soy yo quién para decirle a nadie en lo que debe de emprender. Hay que estar alerta y ver las oportunidades que pasan por delante de uno.
-Sabe que a Cádiz la comparan con su Habana natal. ¿Le gustaría volver a Cuba en algún momento, quizá a poner un negocio en marcha?
-A emprender negocios no. Pero estaré ahí para contribuir en lo que pueda después de que Cuba sea libre y democrática y exista un estado de derecho verdadero.
-El dueño del imperio Inditex, Amancio Ortega, acaba de donar 20 millones de euros a Cáritas, ¿esa es la responsabilidad social de los empresarios?
-Yo no soy quién para decir a nadie lo que tiene que hacer. Sí considero que los más afortunados debemos de devolverle a la sociedad parte de lo que nos ha dado. Amancio imagino que habrá escogido una ONG de la que se fía y el dinero va a terminar en buen destino.