¿Cómo puedes acabar con las hormigas en casa para siempre?

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Hormigas en fila ABC

F.P.

Sevilla

Es un clásico de cada verano. Una hilera de hormigas, tan perfectamente ordenada como incesante, que atraviesa alguna dependencia de la casa, por lo general la cocina, y que termina alcanzando cualquier alimento que se haya quedado destapado por un descuido de quien la habita.

Aunque no son dañinas para la salud, ni comportan amenaza alguna de picadura -al menos las hormigas comunes, las que habitualmente encontramos en el hogar- su presencia es bastante molesta porque no suelen aparecer precisamente de manera individual.

Todo esto sin tomar en cuenta la consideración espiritual o incluso esotérica de estos insectos, que igual pueden encarnar valores de fortaleza, trabajo en equipo o unión, como una especie de venganza o 'brujería' que alguien que nos tiene envidia nos ha 'lanzado'.

Lo cierto es que si se quiere dejar de ver hormigas en casa hay que pasar a la acción. Dejando al margen la aplicación constante de insecticidas industriales -cuyo nefasto efecto medioambiental es de sobra conocido-, se puede optar por alguno de estos remedios caseros:

A grandes rasgos, jugaremos con alimentos, especias o compuestos que hagan las veces de repelente por el olor que despiden, insoportable para las hormigas (a poder ser, tolerable o incluso agradable al olfato humano) o bien sabores que resulten atractivos para estos insectos, con vistas a fabricar trampas tóxicas para hormigas.

Trucos caseros contra las hormigas

El ejemplo más evidente es el del bicarbonato sódico, un compuesto sólido que acaba con diversos artrópodos -las hormigas no son una excepción- al que nunca se acercarían de motu propio. Por eso, si lo mezclamos con azúcar o miel, dos sabores interesantes para su paladar, conseguiremos que se acerquen al reclamo mortal.

En el otro extremo, el que busca ahuyentarlas, encontramos posibilidades como los granos de café, la canela, el ajo en polvo, las hojas de menta (o el té de menta en su defecto), las cáscaras de cítricos o de pepino, la pimienta, los polvos de talco, la tiza, la harina de maíz... son varias muestras de aromas que harán replegarse a las hormigas, o que ni siquiera busquen adentrarse en la casa.

También se puede ir más allá y usar alimentos que alteren su comportamiento. Por ejemplo, el olor del zumo de limón debilita su orientación y el vinagre elimina el rastro que sirve de guía para su movimiento.

Finalmente, no se debe perder de vista que, además de combatir la hilera de hormigas, conviene sellar cualquier grieta que pueda servir de potencial vía de entrada. Una buena manera de hacerlo es elaborando una masilla a partir de la sal de boro, a la que añadiremos azúcar y agua.

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