Un millón ochocientos mil dólares... Esa ha sido la cifra astronómica pagada en la subasta frenética por las últimas posesiones de Gandhi. Nada más tocar el martillo, la avalancha mediática se ha dirigido hacia el nuevo comprador: un millonario indio que a través de su representante va a tener que luchar ahora para ser el legítimo propietario del lote. La subasta ha salido adelante en contra del gobierno de la india y del propio dueño que abrumado por la polémica, quiso cancelar el acto en el último momento. Pero la casa de subastas siguió con la suculenta operación a la espera de que los tribunales...