Barcelona, ciudad de mil caras
Ya seas nuevo en la ciudad, como si llevas toda la vida recorriendo sus calles o estás de paso, te va a dejar huella
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123Respira arte por los cuatro costados
Vista de la ciudad desde el Parque Güell - v.t Estar en una de las ciudades más bonitas y cuidadas de España, y el mundo, dónde resulta imposible no hechizarte con la rica mezcla de sus matices modernistas, el patromonio arquitectónico y su estilo chic. Un viaje dónde poder sanear cuerpo y mente, enriquecerte y sobretodo vivir el momento, destinos que se convierten en lugares que te suman.
Pasear de la Plaça de Catalunya y al Passeig de Gràcia, sin olvidar un alto en el camino, visita obligada a la Casa Batlló –vivienda del industrial que encargó a Gaudí el edificio más fantástico de Barcelona–. Igual pasa con La Sagrada Familia y elPalau Güell, primer gran proyecto encomendado al joven Gaudí. Encajonado en una calle, en la mansión de la familia Güell se integra el trabajo de los mejores artesanos de la época.
Alternativa y multicultural
El Raval se viste de fiesta - m.f En lo que antes era el Barrio Chino, hoy conocido por todos como El Raval, no hay nada imposible. Es la zona donde se encuentran las instituciones culturales más innovadoras, como el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona dónde se programa las mejores exposiciones de arte actual y en cuya fachada se suelen juntar skaters y jóvenes que marcan tendencia. .
Si buscas algo distinto y quieres regalar algo original, en el Carrer Joaquín Costa hay pequeñas tiendas como Wilde Store, especializada en gafas vintage, y Fantastik, con recuerdos y objetos con estética kitsch, que no te dejarán indiferente.
Experiencia sensorial, en Do2
Viva imagen de Do2, destacando la fusión entre lo moderno del color y rústico de la madera - m.t La pasión por las sensaciones gastronómicas de los hermanos Torres, les ha llevado a ampliar su público con Do2, una propuesta más asequible al bolsillo. Ya no hay excusa para poder degustar este placer para el paladar, una versión más económica de su filosofía culinaria en la planta baja del hotel ME Barcelona, dónde tienen el restaurante Dos Cielos, se puede comer desde 30 euros alrededor de un olivo artificial diseñado por Lucía Bosé. Muy recomendable.
