Seis de los viajes en tren más espectaculares del mundo

La editorial Lonely Planet recoge en un libro recién publicado 60 viajes inolvidables en tren. Repasamos seis de los más interesantes

The Beijing to Lhasa Express, uno de los recorridos recogidos por Lonely Planet

ABC Viajar

La editorial Lonely Planet le pidió a unos doscientos autores especializados su opinión sobre sus trayectos en tren favoritos. Recibió múltiples sugerencias, muchas más de las que podían caber en el libro que tenían en la cabeza. Se encontraron propuestas épicas y largas y también breves rutas regionales, proezas tecnológicas y pequeños tesoros conservados por los ferroviarios locales. Tras amasar esas ideas nació un libro que acaba de ver la luz: «Los mejores viajes en tren por todo el mundo». En estas líneas recogemos seis de los sesenta trayectos que se analizan exhaustivamente en el libro.

1

Karoo, un desierto mítico en el corazón de Sudáfrica

De Johannesburgo a Ciudad del Cabo

El servicio nocturno entre Johannesburgo y Ciudad del Cabo atraviesa el Karoo, un desierto mítico en el corazón de Sudáfrica y en su imaginario, con estepicursores que ruedan por las carreteras polvorientas y montañas que se extienden por todo el horizonte. Los estepicursores son «nubes del desierto», especies de plantas que viven en zonas esteparias o eriales y que, una vez fructificadas, son arrastradas por el viento. Este tren, antes llamado Trans Karoo Express, deja atrás los suburbios alambrados de Johannesburgo, cruza el monte que hay al norte y recorre raudo el Karoo mientras los pasajeros duermen y las estrellas titilan en el desierto, antes de aparecer entre el impresionante tapiz de montañas y viñedos del Cabo. Al final, un ambiente de camaradería inunda el tren conforme avanza junto al Atlántico hacia el acogedor contorno de Table Mountain.

2

Tren de juguete a Darjeeling

Los trenes de vapor de vía estrecha de la India son legendarios y el Tren de Juguete a Darjeeling, de color azul, es el más famoso del país. El trayecto desde las llanuras de Bengala hasta Darjeeling pasa por plantaciones de té y pueblos en equilibrio precario formados por casas con techos de hojalata, mientras las nubes se precipitan sobre el amenazador macizo del monte Kanchenjunga. Es cierto que las locomotoras de vapor ya solo se usan en un pequeño tramo del camino y que casi todo el mundo llega a Darjeeling mediante propulsión diésel, pero este emblemático viaje por las montañas recuerda al Imperio británico, cuando tomar el té en Darjeeling era algo tan inglés como los pantalones de montar, la selva y los pijamas.

3

Centovalli Express

A menudo eclipsada por otros viajes en tren más famosos de Suiza, esta ruta de 2 horas desde Locarno, en las orillas adornadas de palmeras del lago Mayor, hasta Domodossola, en la frontera italiana del Piamonte, tiene una belleza poco reconocida. Conviene desempolvar el italiano para extasiarse junto a los demás pasajeros mientras el coqueto tren traquetea por 83 puentes y 34 túneles. Las vistas animan el espíritu: cascadas sobre riscos, viñedos en laderas, elegantes viaductos con arcos, aldeas con tejados de pizarra, barrancos excavados por glaciares e interminables castañares y hayedos, todo ante el fondo fruncido de montañas nevadas en invierno.

4

De Fort William a Mallaig en el Jacobite

Este viaje es una ufana venganza contra Beeching, el hombre a quien los apasionados británicos del tren culpan del cierre de miles de estaciones y líneas del Reino Unido supuestamente sobrantes durante la década de 1960. Aquí, en las Tierras Altas escocesas, unas locomotoras de vapor sibilantes y maravillosas, de las décadas de 1930 o 1940, tiran de unos vagones encantadoramente anticuados por una mágica tierra de nadie sin un atisbo de la austeridad de la British Rail posterior a Beeching. Al contrario, la imagen es perfecta para un libro de cuentos: es la línea por la que circula el Expreso de Hogwarts en las películas de Harry Potter, al fin y al cabo. Y luego están los elementos naturales, imposibles de describir sin superlativos: el pico más alto de Gran Bretaña, la tercera masa de agua más grande de Escocia y un paisaje de bosques, montañas, lagos o costa que despierta el asombro en cada curva.

5

Lima a Huancavelica por Huancayo

Esta monolítica aventura peruana lleva al viajero por el mayor desnivel de todos los viajes en tren del mundo: desde el nivel del mar hasta casi 5.000 metros. Se atraviesan los Andes, se recorren las segundas vías más elevadas del planeta y la estación de pasajeros más alta y, como colofón de la odisea, se viaja en el único tren no turístico que queda en Perú hasta la cautivadora ciudad de Huancavelica. Entremedias, se pasa por una de las partes más rurales y tradicionales del país, una franja de Perú atrapada en el tiempo, muy distinta de Lima, la moderna metrópolis de que la se parte.

6

Tren Beijing-Lhasa

El tren 221, que conecta la arquitectura futurista y las maravillas imperiales de Pekín con los monasterios y palacios de ensueño de Lhasa, lleva a sus pasajeros de la China urbana hasta la tierra, antaño remota, de monjes de túnica magente, donde el aire está cargado del aroma del incienso y las velas de grasa de yak. En su camino al oeste, asciende casi 5.000 metros rumbo al techo del mundo: la meseta tibetana, donde pasa juntos a yaks pastando, banderas de oración, montañas nevadas y cielos de azules infinitos. A bordo, los viajeros sorben fideos y juegan a las cartas con sus compañeros de litera.

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