ESCAPADAS
Tres propuestas para perderse por el Alentejo portugués
Enoturismo, senderismo y patrimonio cultural son algunas de las ofertas turísticas que nos brinda esta región lusa
El Alentejo portugués, a unas tres horas en coche desde Sevilla, es una región lusa con una gran diversidad en atractivos turísticos. Su campiña, el litoral, sus ciudades con importantes legados culturales, la gastronomía o el enoturismo, son razones más que suficientes como para una escapada de fin de semana largo, o unas vacaciones. Ahí van varias propuestas.
Lujo y enoturismo en el Alentejo
Rita Soares y su marido Joan conocían el mundo del vino a través de la gestión de una red de vinotecas en Portugal donde vendían caldos portugueses que otros elaboraban. Pero hace más de 18 años optaron por cultivar sus propios vinos y para ello acondicionaron una parte de una finca de 450 hectáreas en pleno corazón del Alentejo, en Albernoa, cerca de Beja, para producir vinos, aceites y otras actividades ganaderas. Después vino la bodega, que actualmente produce 350.000 botellas anuales y posteriormente montaron un delicioso hotel de tan solo diez habitaciones para descansar y disfrutar del paisaje, los vinos, la buena comida y de la finca. Es Herdade da Malhadinha Nova , un alojamiento rural que ha respetado la arquitectura de la zona pero incorporando en la decoración elementos innovadores de muy buen gusto. Los propietarios planean ampliar, en otro punto de la finca, la capacidad hotelera con otro pequeño hotel, aún más exclusivo. El proyecto hotelero se completa con la experiencia de vivir la finca, el entorno y la cultura del enoturismo que lo envuelve, incluida la visita a los viñedos y a la bodega. Todo un capricho para bolsillos pudientes.
Evora, mucho más que unas ruinas romanas
Évora, la ciudad patrimonial por excelencia del Alentejo, es conocida por sus ruinas del templo romano a Diana en el centro de su caserío, que por cierto fue una carnicería o matadero hasta finales del siglo XIX, cuando se decidió recuperar su original forma de templo romano. Pero esta ciudad, que ha sido sede de la corte real portuguesa, y es una de las villas más importantes del país luso, es mucho más que un vestigio romano. Tuvimos la fortuna de pasearla de la mano del profesor Libânio Murteira, quien nos descubrió una ciudad que bien merece las tres horas en coche que la separan de Sevilla. No nos podemos perder su catedral, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, un templo que se inicio en 1186 y está entre el románico y el gótico. En su interior hay una imagen de la Virgen encinta, una advocación poco conocida en España. Otro templo a visitar es la iglesia de San Francisco, dentro de un convento franciscano, de arquitectura gótica-manuelina construido entre 1480 y 1510, y donde está una de las imágenes más peculiares de esta ciudad, la Capela dos Ossos (Capilla de los Huesos), un osario con miles de restos humanos. El dintel de la puerta de entrada lo dice todo: «Nosotros los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos». Abstenerse los aprensivos. El conjunto alberga también un interesante museo de belenes de todo el mundo alojados en la parte más alta de la iglesia aprovechando su restauración. En la arquitectura civil, vale también la pena una visita a la Universidad, fundada por los jesuitas y es una de las más antiguas de Europa. Sus aulas aún recuerdan el viejo espíritu universitario con sus cátedras dentro de ellas. Y por supuesto un paseo por el casco histórico para poder disfrutar del encanto de esta ciudad del Alentejo.
La Ruta Vicentina, senderismo junto al mar
Para los amantes del trekking o senderismo, la Ruta Vicentina es el lugar ideal. Recuperando y uniendo viejas y tradicionales rutas para pasear, Luis Leote, Rudolfo Muller y otros empresarios turísticos de la zona, han conseguido formar un paquete turístico, premiado en la Feria Internacional del Turismo de Berlin, (ITB Berlin) que unifica bajo la denominación de Ruta Vicentina varias rutas y senderos que recorren el Alentejo en su parte más occidental y litoral. Está formada fundamentalmente por dos trayectos, la ruta histórica que va desde Santiago Do Cacen (cerca de la península de Troia) hasta el Cabo de San Vicente, y transcurre por el interior del Alentejo, y el sendero de los Pescadores, desde Porto Covo hasta Odeceixe, un delicioso recorrido pegado al mar por una costa salvaje, y que se puede hacer en cuatro etapas y cinco recorridos complementarios, andando algo más de 110 kilómetros y conociendo pequeños pueblos marineros salvados del desarrollo urbanístico gracias a estar enclavados en un parque natural. Hay quien ha comparado esta costa con la de la Toscana, pero sin la presión turística y urbanística del bello litoral italiano. En cada etapa hay alojamientos preparados para los senderistas, que organizan el traslado de las maletas a la siguiente parada y les abastecen de alimentos para su etapa, además de ofrecer buen descanso, buena cena y buenos consejos . Uno de ellos es la Herdade do Touril , en una finca de centenares de hectáreas pegadas al mar, cerca de Zambujeira do Mar. Para el camino histórico y muy cerca también de Odeceixe, en San Teotonio, está Monte da Choza , una casa rural al estilo alentejano.