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El Torcal de Antequera, un paraje natural único que no te puedes perder en Andalucía
Este enclave, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco desde 206, es uno de los entornos más excepcionales de la provincia de Málaga por las formas imposibles que el paso del tiempo ha labrado en sus rocas
La naturaleza y miles de años de erosión han dejado en Andalucía uno de los entornos naturales más peculiares del mundo. A sólo 12 kilómetros del municipio malagueño de Antequera se alza el paraje del Torcal , uno de los atractivos más importantes del interior de la provincia de Málaga el ejemplo más destacado de formación kárstica de Europa.
Esta sierra caliza es un reclamo excepción para los aficionados al senderismo, así como para espeleólogos, amantes de la ornitología y vecinos y turistas que quedan cautivados por las formas imposibles de sus de todas partes que llegan atraídos por los contornos imposibles de sus rocas.
Desde esta elevación ubicada al sur de la villa, se puede disfrutar de una panorámica de 360 grados y la vista alcanza la Costa del Sol, al sur; la Sierra de Tejeda y Sierra Nevada, al este; Antequera y toda la comarca de la Vega, al norte; y, como no, el laberinto kárstico que ofrece al visitante infinidad de rutas entre las rocas del paraje.
El Torcal, que cuenta con un centro de visitantes que conviene visitar antes de adentrarse para recorrerlo, fue declarado en 2016 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco , junto al conjunto prehistórico de los dólmenes de Menga y Viera y el tholos del Romeral.
Entre las muchas peculiaridades de este rincón de la provincia destacan, además de sus esculturas naturales con rocas de más de 150 millones de años, el desconocido sistema endokárstico característico en este tipo de terrenos y que se traduce en un entramado de más de 1.000 simas y cuevas formadas tras el proceso de disolución de las calizas durante siglos.
Una de las más conocidas es la Cueva del Toro, que alberga huellas de la presencia del hombre en este enclave desde la Prehistoria. Además, otros vestigios en las cuevas de la Cuerda, la de Marinaleda o la sima del Hoyo corroboran la presencia humana en el Torcal ocho milenios a.C.
En una ruta por el entorno, ya sea guiada o por libre, se pueden observar figuras de roca caliza tan emblemáticas como el tornillo, el sombrerillo o el cofre, así como numerosas huellas de ammonites , conchas fósiles que existieron hace unos 340 millones de años. Y es que esta cumbre que hoy se eleva en la vega antequerana la conforman rocas procedentes de sedimentos marinos.
El atractivo de las formaciones se complementa con la amplia biodiversidad del entorno, otro de sus encantos. Entre la variada fauna que puede salir al encuentro con los visitantes destacan algunos reptiles, el topillo, el zorro, el tejón o la comadreja, así como buitres leonados o búhos reales.
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