Sevilla, tesoros pictóricos escondidos
Sevilla es una ciudad histórica, lo que hace que no sólo en los grandes monumentos, sino hasta en el más pequeño rincón de la provincia, se encuentren auténticos tesoros ocultos
Normalmente, cuando uno quiere ver arte, lo que hace es ir al museo, donde se encuentran reunidas una gran cantidad de piezas pictóricas y escultóricas. Eso puede funcionar así en la mayoría de las ciudades más importantes del mundo, pero como para muchas otras cosas, Sevilla es especial. Aquí uno puede encontrar una obra de arte de valor incalculable en una pequeña parroquia perdida en un pueblo, o un monumento escondido en un rincón.
Sevilla, historia del arte
El caso es que la riqueza de la historia de la capital hispalense es envidiable, los artistas que aquí han nacido, encomiable, y la cantidad de personajes de renombre que la han pisado, incontable, lo que ha favorecido que la ciudad se llene de arte, que ha ido a parar no sólo a los monumentos y a los museos, sino además a casas particulares u otras organizaciones.
De El Greco a Zurbarán, por los pueblos de Sevilla
Existen muchos ejemplos de ello repartidos por toda la provincia, y no sólo en la capital. En la localidad de Paradas , por ejemplo, podemos encontrar una maravillosa obra de El Greco en la parroquia de San Eutropio, La Magdalena Penitente . En Morón de la Frontera , en la parroquia de San Miguel Arcángel podemos contemplar una imagen de la Inmaculada de Luisa Roldán o el bajorrelieve La Circuncisión, de Andrés del Campo. Y si nos pasamos, por ejemplo, por Marchena, podremos contemplar una obra de Vasco Pereira , La Anunciación , o la formidable colección de nueve pinturas de Francisco de Zurbarán que se exponen en la Parroquia de San Juan Bautista .
Al igual que cualquier ingeniero o arquitecto que se precie tiene miedo de hacer obras en el suelo de Sevilla, a sabiendas de que lo más probable es que encuentre bajo el suelo restos arqueológicos que harán que el trabajo se retrase lo indecible, la capital rezuma estratos de arte por todos los rincones, y cualquier lugar, por extraño que parezca, puede albergar un tesoro escondido.