Viajar
Un fin de semana en Ceuta
Naturaleza e historia con un entorno multicultural como telón de fondo
Tingitana, así se llama la pequeña península en la que se ubica. La historia de la ciudad autónoma de Ceuta, constituida como tal en 1995, se supedita a su localización estratégica. Al Norte de Marruecos, pero al Sur de Europa, en el estrecho donde se encuentran las aguas del mar Mediterráneo y el océano Atlántico. En su población, de algo más de 80.000 habitantes, conviven cristianos y musulmanes, además de judíos y, en menor medida, hindús . Su estrecha relación con las fuerzas armadas y con el mar, puerta al comercio y la marinería. Sus construcciones, resultado de su apertura al mundo. Y su cultura, en definitiva, singular como la orografía sobre la que se extiende, hacen de Ceuta un destino de enorme atractivo. Exótica para los que vienen de lejos. Pero particular, sobre todo, para cualquiera.
Desde el Monte Hacho , con baluartes a las esquinas y una fortaleza del siglo XVIII que tras ser presidio acabó transformándose en un acuartelamiento de artillería antiaérea, las vistas se pierden tanto en la tierra como en la superficie azul. Así, el mirador del Oasis nos ofrece una panorámica de la ciudad, pero también del entorno natural. A un lado queda el parque de San Amaro . A los bordes, ya en la orilla, las viejas torres de vigía . Y la combinación entre unos elementos y otros hablan de la esencia de una urbe echa a acoger y resistir, a protegerse, a estar aislada en una especie de istmo que ha visto pasar el corazón de mil batallas.
De árabes, cristianos y romanos
¿Qué espacios merecen una visita obligada una vez que marchamos calle abajo hacia su entramado? Pues, en la línea de lo anterior, las Murallas Reales , un conjunto que va quedando a la espalda y que tiene su origen en el Imperio Romano. Más tarde, en el siglo XVI, se reconstruyeron, cuando la ciudad estaba hecha ya a vivir amurallada, hacia dentro. El Baño Árabe de la Paz habla de un tiempo que sucedió y, con sus vestigios, ha permanecido. Como la Puerta Califal , junto al foso. Otro acontecimiento histórico que se rememora en sus calles, aunque muy posterior, es la Guerra de África. Un monumento recuerda a los soldados españoles caídos en el conflicto bélico que sucedió durante el reinado de Isabel II.
¿Y la foto? ¿Dónde hacer la foto que nos devuelva a ese lugar lleno de peculiaridades que antes mencionamos? En la Casa de los Dragones , una obra de estilo ecléctico que firma el arquitecto José María Manuel Cortina Pérez, uno de los máximos representantes del modernismo valenciano, a principios del siglo XX. La iluminación cálida que toma por la noche da un matiz distinto a las bestias. Remoto, infernal.
El museo militar y el museo de la legión son dos de sus grandes reclamos. Sin embargo, la entidad que más público recibe es el Parque Marítimo del Mediterráneo , donde combatir las altas temperaturas. Aunque Ceuta rezume historia en sus costados, multiculturalidad a raudales, son muchos los que de vacaciones prefieren disfrutar de lo que la naturaleza les ofrece. Desde el puerto deportivo parten embarcaciones constantemente para realizar todo tipo de actividades acuáticas: desde la pesca al avistamiento de ballenas. Y las playas , por último, hacen de ella un enclave más que favorable para el turismo. La de la Ribera y el Chorrillo son dos de las más populares. Algo más retirada están Tramaguera, Benítez, la playa del Trampolín, Calamocarro, Punta Blanca y Benzú, tan fronteriza.
¿Y cómo llegar hasta Ceuta desde la península? La vía más sencilla: por mar. Tres compañías operan desde Algeciras, Trasmediterranea, Balearia y FRS Iberia. Los traslados duran 50 minutos y parten de forma constante. Por aire, la compañía Helity Copter Airlines presta servicio de helicópteros que despegan desde Algeciras y Málaga.