HUELVA

En ruta por las minas del Teuler, en la comarca del Cala

Un recorrido de 15 kilómetros por el yacimiento de Santa Olalla, en la provincia de Huelva

Minas del Teuler Cala.es

Luis Ybarra Ramírez

En Sierra Morena, con un ojo en la Sierra Norte de Sevilla y otro en tierras extremeñas, aunque perteneciente a la provincia de Huelva, se ubica la hermosa población de Santa Olalla del Cala . Con apenas 2.000 habitantes, de calles anchas y solitarias, el pueblo, cuyos orígenes imprecisos podrían remontarse a la Edad del Bronce, al menos los de la zona en la se localiza, presenta una larga tradición minera. Alemanes, ingleses y vascos, durante el siglo XIX, reflotaron una industria milenaria , como así demuestran los pocos vestigios romanos que se conservan en las inmediaciones. Hoy el lugar está dedicado, en esencia, a la cría del cerdo y sus bondades, amén de la saca del corcho y otras actividades agrícolas y ganaderas.

Pero la zona, de alguna forma, rezuma lo mismo que antaño. O, mejor dicho, evoca a ese pasado algo más glorioso desde un vértice bien distinto. Las ruinas de las casas coloniales hablan de sus orígenes. Los yacimientos, el ADN de la gente que allí nació y los viejos ferrocarriles que dejaron trazadas por siempre líneas paralelas en el suelo. Todo ello cuenta la historia del lugar, en el que se reparten diferentes emplazamientos mineros. Uno de ellos, el que nos ha traído hasta estas líneas, son las minas del Teuler, donde podemos realizar una ruta. En Santa Olalla, es preciso mencionar la imponente encina de la Dehesa de San Francisco , un monumento natural y el castillo que se levanta frente al Barranco Arroyolimón.

Dicha ruta, que está señalizada por unas balizas de madera y puede consultarse con mayor precisión en Wikiloc , donde ver con exactitud el recorrido, empieza y termina en la calle del Viso, una de las últimas, o de las primeras, del pueblo. Recorre 15 kilómetros y deja a lo largo del trayecto vistas a los campos de encinas y alcornoques , además, de molinos de aceite, estaciones abandonadas, puentes romanos y una zona de huertos. Los águilas y milanos pueblan el cielo. Y, de pronto, entre la maleza, aparecen las minas del Teuler, en las que, después de tanto, se ha parado el agua en mitad de esta nada. Cerca de allí se encuentran las Minas de Cala , la localidad vecina, a tan solo 4 kilómetros de distancia.

El camino, de grava en su mayor parte, bordea la amplia grieta que queda en el suelo. Es decir, la mina en sí, de tipo skarn, cuyo criadero está en el contacto entre la granodiorita y las calizas. Idóneo para recorrer a pie o en bicicleta de montaña .

Los restos del edificio que habitaron los ingenieros que trabajaron en aquel lugar ven pasar el tiempo de una mina que empezó a explotarse a cielo abierto en el 1901 entre los árboles, que le han invadido puertas, muros y ventanas. La estructura sigue en pie. Pero habla, sobre todo, de la decadencia del lugar. O de la victoria de la propia naturaleza , que parece densa y variada en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche donde estamos.

La Compañía Minera del Andévalo , protagonista de la última etapa, entre 1965 y 1981, abandonó la actividad en el coto Teuler en 1982. Desde entonces, todo sigue a merced de las lluvias y los vientos. De los animales que pululan y los curiosos, que dan testimonio de que sigue existiendo aquella mina que continúa su batalla con los siglos.

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