Un paseo romántico por el Parque de María Luisa
El Parque de María Luisa en Sevilla es uno de los espacios más bellos de la capital hispalense, un jardín centenario que no te puedes perder
Cuando uno viene a visitar la ciudad de Sevilla hay mil rincones que no puede perderse, ya que la historia rezuma por todos lados hasta en la más pequeña de sus calles del centro. Pero si lo que apetece es dar un paseo romántico por el lugar más bucólico de la capital hispalense (o uno de ellos), sin duda debe dirigirse al Parque de María Luisa , un jardín centenario repleto de pequeñas joyas y espacios en los que perderse del mundo.
El Parque de María Luisa nació como parte de los jardines privados del Palacio de San Telmo , cuando los duques de Montpensier, Antonio de Orleans y María Luisa Fernanda de Borbón, lo adquirieron para hacer de él su residencia en 1850. Una vez viuda, María Luisa dona a la ciudad una gran parte de los jardines de San Telmo, pero no cobra su importancia hasta 1910, cuando entra a formar parte del gran proyecto urbanístico para la Exposición Mundial de 1929 , y su aspecto actual se lo debemos en su mayor parte nada menos que a Aníbal González y a uno de los paisajistas más importantes de la época, el francés Jean-Claude Nicolas Forestier.
Fruto de la Exposición del 29
El resultado fue el Parque de María Luisa actual, un parque público con espacios monumentales y de esparcimiento, con influencias paisajísticas que van desde la Alhambra de Granada hasta el Parque del Retiro de Madrid. Los azulejos y el agua son los dos elementos que le dan cohesión al proyecto, y que le otorgan el carácter netamente sevillano, y se desliza suavemente a través de sus calles de albero y sus rotondas, que a pesar de circundar los espacios verdes estos no dejan de parecer netamente salvajes.
El Parque de María Luisa tiene una extensión de 34 hectáreas, y en su centro se erige el Monte Gurugú y el estanque de los patos. Pero hay una gran cantidad de espacios románticos en los que detenerse un buen rato, como la Fuente de los Leones, el Estanque de los Lotos, o la Estatua de Bécquer , o las diferentes fuentes, glorietas y monumentos que se reparten por sus jardines.
Además de la zona propiamente de Jardín, al proyecto para la exposición del 29 se unieron otros dos espacios a cada cual más impresionante, como son la Plaza de España y la Plaza de América, también conocida como Plaza de las Palomas. Uno no puede más que perderse, al menos durante un día entero, en todos y cada uno de los rincones que nos ofrece este complejo, un lugar especial y bucólico que hará de cualquier paseo un momento absolutamente romántico.