Sierra Bermeja
Una ruta por el bosque de cobre que se salvó del fuego
Un milagro libró al Valle del Genal del desastre de Sierra Bermeja. Ahora se recupera del impacto
![El Valle del Genal, a vista de pájaro](https://s3.abcstatics.com/media/viajar/2022/02/02/s/bosque-cobre23-kP7H--1248x698@abc.jpg)
El «bosque de cobre» se recupera este otoño de sus heridas. El dantesco incendio que arrasó a final de verano Sierra Bermeja se quedó afortunadamente a las puertas del Valle del Genal. La catástrofe dañó algunos parajes de Jubrique , Júzcar , Faraján y Pujerra , pero el soberbio paraíso de castañas y encinas salió prácticamente intacto del peor siniestro medioambiental que se recuerda en la región.
De hecho, la comarca mantiene su atracción hipnótica para cientos de amantes de la naturaleza y de la cultura rural que, desde el inicio del otoño, han vuelto a llegar para disfrutar de la magia de un paraje excepcional. Hubo miedo a que no ocurriera. «El fuego se frenó en los castaños», declara Francisco Escalona , alcalde de Igualeja, una de las localidades más pobladas del Valle, con casi 800 habitantes. Allí no llegaron las llamas.
Pero la alerta por las miles de hectáreas calcinadas hizo que durante semanas se desplomaran las reservas y se disparara el miedo a un otoño sin turistas.
El Valle del Genal es un tesoro natural único. Encajonado entre la malherida Sierra Bermeja y el macizo de Ronda , constituye un espléndido conjunto de lomas y bosquezuelos de encinas, chaparros y, sobre todo, castaños. Precisamente, de esta última variedad arbórea es principal productor en Andalucía , con una extensión de nada menos que 3.500 hectáreas distribuidas en pequeños minifundios y una producción de cuatro millones de kilos por temporada.
Los inmensos castañares constituyen, por consiguiente, uno de los motores económicos y sociales de la quincena de pueblos que integran la comarca. Pero no únicamente. También conforman un espectáculo paisajístico que en otoño estalla en todo su esplendor. El manto policromado de amarillos, ocres y rojos sangre convierten al Valle del Genal en un milagro visual incomparable. De ahí el nombre popular de «bosque de cobre» con que se le conoce cada vez más en el universo del senderismo.
Hablamos de un enclave escondido y, hoy por hoy, a salvo todavía de la industria del turismo masivo. Aquí la paz de las vaguadas y el silencio de los bosques presiden la comarca malagueña. Un territorio, por cierto, cargado de historia. La propia toponimia delata el origen morisco de buena parte de estos pueblos. Muchos de ellos protagonizaron una virulenta sublevación contra Felipe II en 1570, cuando el monarca ordenó la limpieza étnica de la región y su deportación a Córdoba, Extremadura y Galicia antes de su expulsión definitiva de España en 1609. Más de un millar fueron desterrados, principalmente de Jubrique, pero también de Júzcar y Alpandeire, según narran las crónicas.
![Una ruta por el bosque de cobre que se salvó del fuego](https://s2.abcstatics.com/media/viajar/2022/02/02/s/bosque-cobre11-kP7H--510x349@abc.jpg)
La zona ya había sido epicentro de turbulencias cinco siglos antes, después de que el famoso guerrillero Omar Ibn Hafsun , de origen muladí, dirigiera una revuelta contra el emirato de Córdoba a finales del siglo IX, que lo puso en jaque durante décadas hasta la muerte del rebelde en Bobastro en el año 918. Hafsun era oriundo de Parauta, uno de los apacibles pueblecitos blancos del Alto Genal.
La comarca, sin embargo, es hoy un remanso de serenidad. Nada que ver con las agitaciones sociales del medievo andalusí. Su secular aislamiento, la bondad de su clima y la exuberancia de sus bosques ofrecen un ecosistema difícil de igualar para el disfrute. La temperatura media del Valle del Genal se sitúa en los 15 grados y la pluviometría registra cifras elevadas con hasta mil litros de agua por temporada, muy cerca de los niveles excepcionales de la Sierra de Grazalema . Gracias a la alta humedad, se prodiga un sorprendente manto vegetal compuesto por castaños, encinas, madroños, zumaques, nogales o quejigos. Es decir: la naturaleza en su máximo fulgor.
En este reportaje, vamos a proponer dos rutas a pie para conocer las virtudes de uno de los parajes más bellos de Andalucía. Las dos rutas son razonablemente asequibles para cualquier senderista pero exigen una mínima experiencia en terrenos de media montaña.
Empecemos por lo importante: el calzado. Botas de montaña o zapatillas de trekking son obligatorias. El calzado ligero y flexible de montaña se impone cada día frente a las botas rígidas de antaño, que proporcionan una mayor seguridad al tobillo pero también son más calurosas e incómodas. Y en la mochila no puede faltar ropa de abrigo, comida y agua abundante. Es conveniente llevar un cortavientos impermeable y un pequeño paraguas, muy útil para chaparrones imprevistos. Finalmente, no dejar atrás el GPS cargado con un track de la ruta . Para móviles existen aplicaciones muy funcionales con buena cobertura satélite, que ya están sustituyendo a los antiguos artilugios, más caros aunque más profesionales.
Circular de Benarrabá
![Una ruta por el bosque de cobre que se salvó del fuego](https://s1.abcstatics.com/media/viajar/2022/02/02/s/bosque-cobre22-kP7H--510x349@abc.jpg)
La ruta arranca en este pequeño pueblo de origen islámico, cuya población no excede del medio millar de habitantes. Se trata de una ruta relativamente corta y con un desnivel asumible , pero no exento de rampas que pondrán a prueba nuestra resistencia. Para los no iniciados, es bueno saber que el desnivel de subida es realmente el registro que marca la dificultad de una ruta. En mucha mayor medida, desde luego, que el número total de kilómetros. A partir de 450 metros de desnivel acumulado, la ruta empieza a cobrar dureza y es preciso estar preparado para no llevarse sorpresas indeseables. Esta ruta está justo en esa frontera.
El sendero arranca más allá de la ermita de la Vera Cruz , en las inmediaciones del colegio público, que se encuentra en la salida del pueblo. Justo esa calle se convierte en pista con una considerable pendiente en dirección al arroyo del Infiernillo . Una vez que lo hayamos cruzado buscamos el puente que atraviesa el río Genal y pronto veremos las indicaciones que nos informan de los caminos en dirección a Genalguacil y Benalauría . Tomamos esta última por la margen izquierda.
El sendero en esta parte inicial es cómodo de transitar. Nos encontraremos varias cancelas de madera, que no bloquearán nuestro paso. Unas pasarelas sobre el río nos permitirán sortearlo por un vado. A partir de ahora, atravesaremos un paraje de abundantes árboles frutales. La vegetación se hace más intensa y proseguiremos nuestro camino hasta llegar a la Venta de San Juan . Justo después cruzamos nuevamente el río por el puente que une Algatocín con Genalguacil y Jubrique, y seguimos el sendero izquierdo que pasa por la puerta de entrada del Camping Genal.
Nos encontramos en mitad de la ruta. Este tramo destaca por su intenso verdor y por la agradable compañía intermitente del río, que en primavera refresca nuestro camino y lo hace más liviano. La ruta empieza a girar hacia la derecha y se empareja con el Arroyo Hondo durante varios kilómetros. Nos encontraremos con otra cancela, que tampoco debe frenar nuestro paso. La abrimos y continuamos nuestra marcha buscando tranquilamente el camino de regreso. A partir de aquí, la pista se hace más llevadera y se suceden los frutales, acompañados de castaños, quejigos y alcornocales. En algunos tramos, la espesura se abre y nos permite contemplar la grandeza del Valle del Genal en toda su magnitud. Pronto veremos las primeras motas blanquecinas de Benarrabá, donde cerramos el círculo de una ruta hermosa y sumamente agradable.
DIFICULTAD Botas: 2,5 | Distancia: 13,2 kilómetros | Desnivel subida acumulado: 436 metros | Desnivel bajada acumulado: 436 metros
TERRENO Sendero: 90% | Campo través: 0% | Pista: 10% | Asfalto: 0%
Circular de Gaucín
![Una ruta por el bosque de cobre que se salvó del fuego](https://s2.abcstatics.com/media/viajar/2022/02/02/s/bosque-cobre33-kP7H--510x349@abc.jpg)
Gaucín forma parte del Bajo Genal y es una de las localidades más pobladas del Valle, con 1.589 habitantes . Sus orígenes son romanos, según estiman algunos historiadores, aunque también registra vestigios visigodos. Fue, sin embargo, la época andalusí la que dejó más huellas en el pueblo, principalmente por su convencional trazado urbano de callejuelas. Está situado a los pies de la Sierra del Hacho , bajo el Castillo del Águila , y sus bosques combinan los alcornoques, las encinas y los pinares, junto a la presencia del omnipresente castaño y los acebuches. Hablamos de una población eminentemente agrícola y ganadera.
Típico pueblo de arquitectura popular morisca, sus empinadas calles y angostos pasajes ya merecen un paseo. En lo más alto, se eleva el Castillo del Águila, restaurado durante la regencia del general Espartero. Junto a la fortaleza, se encuentra la ermita del Santo Niño . Ya en el casco urbano, es digno de reseñar la Iglesia de San Sebastián y la Fuente de los Seis Caños.
La ruta que sugerimos para Gaucín es larga y sensiblemente más dura que la anterior. No por ello está fuera de nuestro alcance. Sí es recomendable comenzar bien temprano para evitar que nos caiga la tarde, toda vez que en esta época del año los días comienzan a acortarse cada vez más. No olvidemos las recomendaciones generales que hicimos para la ruta anterior: ropa de abrigo, chubasquero, comida, agua, buen calzado y GPS.
El sendero comienza en el parque Antonio Gordillo en dirección a Algeciras. Cuando llegamos a El Ventillo bajamos por un carril en descenso que se encuentra jalonado por portentosos alcornocales. El camino desemboca en una zona de cortadores de corcho. Poco después alcanzamos la conocida como Garganta de Palas . La atravesamos y descendemos hasta el Tajo del Becerril. En esta zona, se espesa el matorral y, dependiendo del año, el camino puede disiparse por momentos. Es, por lo tanto, imprescindible estar pendiente del track, que previamente hemos descargado en la aplicación del móvil o en el GPS de mano.
En buena parte de la ruta, caminaremos rodeados de quejigos, encinas, alcornocales y castaños. El bosque meridional, diverso y abigarrado, alcanza en esta parte del Valle del Genal toda su potencia. El terreno sinuoso nos proporciona vistas majestuosas de todo el conjunto montañoso. Tras una rampa suave en ascenso llegamos nuevamente a Gaucín, donde podremos tomarnos un merecido descanso tras una ruta verdaderamente extraordinaria.
DIFICULTAD Botas: 3 | Distancia: 19 kilómetros | Desnivel subida acumulado: 720 metros | Desnivel bajada acumulado: 720 metros
TERRENO Sendero: 80% | Campo través: 10% | Pista: 10% | Asfalto: 0%