La Catedral se ve mejor desde arriba
Una de las formas de visitar la Catedral de Sevilla es accediendo a las cubiertas y verla desde un punto de vista diferente a la mayoría
La Catedral de Sevilla es un monumento impresionante declarado Patrimonio de la Humanidad y Bien de Valor Universal Excepcional, entre otros motivos por ser el mayor templo gótico de la cristiandad, además del tercero del mundo en general. Millones de personas vienen a visitarlo para quedar estupefactos ante su grandiosidad y su belleza, pues desde la mayor de sus bóvedas hasta el más pequeño rincón están repletos de detalles.
Visitando las cubiertas de la Catedral
Pero mientras que la mayoría de los mortales se conforman con disfrutar de la Catedral de Sevilla a ras de suelo, unos pocos son los que se deciden a estar más cerca del cielo y se lanzan a una experiencia que lleva ya un tiempo funcionando y de la que todo el mundo sale fascinado: la visita de las cubiertas de la Catedral.
La visita comienza en la Puerta de la Campanilla, y ya desde aquí todo es nuevo, ya que nos lleva hasta los tejados de la Catedral a través de una escalera de caracol. Al salir al exterior aparecemos en un pasillo en el que uno no puede evitar sentirse pequeño al contemplar este espectacular monumento desde arriba, y detenerse en todos los detalles como las gárgolas, la belleza de los arbotantes y contrafuertes, y las formas exteriores de las cúpulas. Aunque sin duda lo que quita el aliento es ver el enorme rosetón de la catedral desde fuera.
Después se accede a otra zona interior, donde se puede ver el mismo rosetón con todo su colorido gracias a la luz exterior, y ver desde las alturas las columnas y arcos que dan forma a las cubiertas , una perspectiva que le hacen a uno sentir que se encuentra ante la inmensa estructura ósea de un enorme ser viviente. Posteriormente se vuelve a salir al exterior para contemplar de tú a tú a la Giralda, o mirar desde las alturas el Patio de los Naranjos.
La visita dura más de una hora y se convierte en una experiencia irrepetible, no sólo por dejarse embelesar por los entresijos y detalles de la Catedral de Sevilla, sino porque además nos deja una panorámica preciosa de la ciudad vista desde las alturas. Para poder visitar las cubiertas de la Catedral de Sevilla hay que hacer una reserva, seleccionando el día de la visita y la hora. Se puede hacer a través de este enlace .