Madrid Fusión
Marga Coll: máxima calidad en cualquier circunstancia
Explica la suerte que supone poder cocinar en un mercado, sin neveras ni plásticos
A nivel profesional, se formó en la Escuela de Hostelería de Baleares. «Fui de la primera promoción», recuerda con orgullo. Tras trabajar en distintos restaurantes, inauguró en 2012 junto a su marido - Javier Arés - su propio establecimiento, «Miceli» , ubicado en Selva.
Con posterioridad, en 2016, abrió «Arrels by Marga Coll» en el hotel Gran Meliá de Mar, en Illetas, igualmente en Mallorca. Su pasión por la cocina hizo que en las Navidades del pasado año, en concreto el 23 de diciembre de 2018, pusiera en marcha su tercer proyecto, «La barra de Miceli» , en el interior del mercado del municipio isleño de Inca. Marga nos cuenta ahora la intrahistoria de cómo nació su más reciente iniciativa. «Desde hace años, cada día vengo a comprar al mercado de Inca», explica, para añadir: «El año pasado, por desgracia, habían cerrado muchos puestos en este mercado. Fue entonces cuando pensé que yo debía aportar algo a un espacio que previamente me había dado tanto, en especial por la excelente calidad de sus productos».
«Sin duda, una parte importante de mi éxito anterior y actual como cocinera se debía a la compra diaria que hacía cada mañana aquí», prosigue. Su deseada e ilusionada aportación personal se concretó finalmente con la creación de La barra de Miceli dentro del mismo mercado . «Ahora, de lunes a sábado los clientes pueden merendar, tomar un café o el plato del día, mientras al mismo tiempo conocen este hermoso mercado», recalca.
Le preguntamos si nos puede desvelar algo de su próxima ponencia en el Madrid Fusión: «Explicaré la suerte que supone poder cocinar en un mercado, es algo maravilloso, sin neveras ni plásticos» . Los vendedores de cada puesto ofrecen, paralelamente, los mejores productos. «Son nuestros cómplices. Todos aprendemos y todos sumamos», explica.
A Marga le gusta cuidar los detalles, incluso cuando se trata de preparar sólo un bocata. «Siempre digo que un bocadillo es, en el fondo, un buen plato dentro de un buen pan», aclara. En cuanto al plato del día que ofrece a lo largo de la semana, puede ser, por ejemplo, una costilla de cordero o un bacalao. «Lo cocinamos como si lo hiciéramos en casa» , indica. «Por supuesto, todos los productos los compramos en el mercado de Inca, no llegan a tocar la nevera», reitera a continuación.
«Nos costó un poco arrancar este proyecto, con cuatro personas en la barra ya desde el principio, pero hoy va muy bien y estoy muy orgullosa, sobre todo cuando veo que la gente se va contenta », reconoce, para concluir: «Es imprescindible el respeto a la materia prima, al producto, al trabajo y al cliente».
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