El Castillo de Belalcázar, el resurgir de un gigante
La edificación de la localidad cordobesa ha salido de la Lista Roja del Patrimonio tras años de proyectos de rehabilitación
El castillo de Gahete o de los Sotomayor, en la localidad de Belalcázar, en Córdoba, ha salido de la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra tras las obras de consolidación del edificio. Los trabajos han consistido en la consolidación estructural de los huecos y muros tanto de murallas como de torres; la restauración interior y exterior de la torre del homenaje que permite el acceso de visitantes a la terraza superior y la protección de las cubiertas, tanto de las torres como de los adarves.
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Además, se ha realizado la adecuación de caminos con objeto de permitir el recorrido tanto por el recinto amurallado como por el perímetro del castillo. Se prevé asimismo la continuación de la investigación arqueológica para proseguir con la restauración y la ampliación de las zonas visitables.
Estilo gótico-militar
Conocido como castillo de Gahete o castillo de Gafiq o de los Sotomayor y Zúñiga, se encuentra en una posición estratégica sobre un cerro de gran altura, al norte de Belalcázar, controlando por completo la localidad y su entorno. Fue edificado en el interior del recinto de la primitiva alcazaba de planta cuadrangular que ciñe el meandro del arroyo. Es una construcción espectacular, de estilo gótico-militar, iniciada como protección y residencia de la familia de los Sotomayor y Zúñiga, condes de Belalcázar y señores feudales del territorio en aquella época.
Su construcción data de 1450 , cuando Juan II otorgó estas tierras a Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, permitiéndole construir un castillo. La lealtad y servicios de don Gutierre al rey quedaron reflejados en la leyenda que figuraba en un fresco de la ermita de Nuestra Señora de Gracia de la Alcantarilla del término de Belalcázar, donde figuraba el monarca diciendo a don Gutierre: «Si non fuera por vos, maestre don Gutierre, non fuéramos nos Rey de Castilla y León».
Lujosa zona palaciega
Durante el primer tercio del siglo XVI se le añadió una lujosa zona palaciega de estilo renacentista. La estructura que más destaca, sin embargo, es la impresionante torre del homenaje, lujosamente ornamentada, desproporcionada aunque de gran belleza, y que con sus más de 47 metros de altura es la más elevada de toda la Península Ibérica.
Comenzó su deterioro a partir de la ocupación por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia por ser convertido en almacén de Intendencia y sufrir las consecuencias de la artillería.
El 6 de Mayo de 1811 una división inglesa de 5.000 hombres puso sitio al castillo, guarnecido por 40 hombres del 51 Regimiento de línea al mando del teniente Charpentier. Batieron la fortaleza con 200 disparos, con lo que sólo consiguieron desconchar levemente la muralla oriental. Los vecinos de Belalcázar, temiendo una nueva invasión de los franceses, solicitaron de la condesa de Belalcázar, que fuesen desmanteladas las torres de la fortaleza, a lo que accedió la señora, y «abusando de este permiso, comenzaron a demoler inconsideradamente, primero el palacio y después el castillo», aprovechando los materiales en la construcción y adorno de algunas casas de la villa.