gastronomía
Descubriendo la tierra de los calçots
Una ruta para saber dónde y cuándo comer esta variedad de cebolleta dulce
Entre los meses de diciembre y abril, en la comarca del Alt Camp y en su capital, Valls, aparecen en escena los calçots, una variedad de cebolleta dulce que se sirve con una salsa llamada salvitxada. Paseamos por esta comarca, impregnada de arte modernista, naturaleza y cultura, para disfrutar de los productos de su tierra, los calçots de Valls y de las calçotades, reuniones de familiares y amigos que se celebran los días festivos para compartir este manjar.
El santuario del calçot está situado en el interior de la provincia de Tarragona, en la comarca del Alt Camp. Se trata de una llanura rodeada de montañas excepto por el sur, donde se abre hacia el mar Mediterráneo. La capital es Valls, ubicada cerca del río Francolí y a unos 20 kilómetros de la costa. Éste es el punto de partida de nuestra ruta del calçot.
Esta ciudad, de más de 20.000 habitantes, conserva un centro judío de calles irregulares y estrechas de aire medieval. Recorriendo este particular entramado salen a nuestro paso monumentos como la iglesia de Sant Joan, del siglo XVI, que posee uno de los campanarios más altos de Catalunya. En su interior conserva un retablo de madera y alabastro con 197 figuras esculpidas. Continuamos el recorrido y encontramos, en el carrer de la Cort, la capilla del Roser (siglo XIV), declarada Monumento-Histórico-Artístico por los dos conjuntos de azulejos vidriados, unos 2.600, que representan sendos pasajes de la batalla de Lepanto. Es una de las obras más importantes de la cerámica catalana.
Al abandonar la capital de la comarca tomamos la carretera en dirección a El Vendrell. Encontramos en el camino el pequeño pueblo de Alió, donde destaca la fachada modernista del edificio del Sindicato Agrícola. Siguiendo por la misma carretera, y antes de cruzar el río Gaià, nos dirigimos hacia Aiguamúrcia, otra pequeña población en la que lo primero que nos encontramos es un puente de piedra de 1549 que conserva intacta la fecha y el escudo de armas, así como una cruz gótica del siglo XIV.
Situado en la ribera del río Gaià está el monasterio de Santes Creus, que jugó un papel fundamental en la historia de la comarca. La Orden del Císter a la que pertenece se basaba en la oración y en el trabajo, así que estos edificios se situaban cerca de los ríos, para que los monjes pudieran dedicarse a la agricultura. Santes Creus, declarado Monumento Nacional en 1921, es una abadía cisterciense iniciada en el año 1158, que mezcla el estilo románico y el gótico, siempre dentro de la austeridad del Císter. En la iglesia están las tumbas de los reyes Pedro III el Grande y de Jaime II con su esposa Blanca de Anjou.
Las Catedrales del Vino
En Montferri contemplamos el Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, dedicado a la Moreneta, ejemplo del modernismo del Alt Camp que imita el macizo de Montserrat
Al norte, desde el monasterio, está la arboleda protegida de Santes Creus. Desde aquí volvemos a la carretera para seguir hacia El Vendrell y, a la altura de Vilardida, tomar dirección de Montferri. Allí podremos contemplar un ejemplo del modernismo del Alt Camp, el Santuario de la Mare de Déu de Montserrat, dedicado a la Moreneta, cuyas líneas arquitectónicas imitan el macizo de Montserrat. Es obra del arquitecto Josep Maria Jujol, discípulo y colaborador de Gaudí.
De nuevo conviene volver sobre nuestros pasos a la carretera en dirección a Valls y coger el desvío a Bràfim para continuar hacia Nulles. En este municipio encontramos la cooperativa vinícola de Nulles cuya fachada, obra del arquitecto Cèsar Martinell, forma parte de las Catedrales del Vino: 50 edificios de principios del siglo XX que combinan técnica vinícola y belleza arquitectónica y cuyas fachadas son obras de diferentes arquitectos.
En este trayecto hacia el sur de la comarca observamos grandes extensiones de viñas, cuyos caldos forman parte del menú de las calçotades, así como campos de almendros y avellanos, complemento para la salsa del calçot, la salvitxada. Desde Nulles, podemos terminar en Valls pero, para hacernos una idea completa del Alt Camp, debemos visitar las montañas que la rodean.
Es entonces cuando, desde Valls, continuamos a Alcover, recostado sobre las montañas, con un núcleo medieval bien conservado entre el que destacan la iglesia Vella o de la Puríssima Sang y la iglesia del Remei. Un poco más hacia el norte está Mont-ral, desde donde obtendremos una preciosa panorámica de la comarca del Alt Camp, tierra del calçot.
Fuente: Guía Repsol
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