gastronomía
Así es la anchoa del Cantábrico
Esta semiconserva de pescado curado en sal, de sabor intenso y rica en omega-3, llegó a España gracias a artesanos italianos que hallaban en el Cantábrico los mejores «bocartes»
El nombre de «bocarte», por el que también se conoce a esta especie, se debe a la gran boca con la que se alimenta a base de plancton marino.
A pesar de ser la flota vasca -principalmente de Bermeo y Ondarroa- la que más anchoa pesca, Cantabria es la comunidad líder en la producción de este pescado en conserva. Santoña es, de hecho, la localidad con más tradición y concentración de esta industria. Sin embargo, tanto Asturias como Galicia o el País Vasco, también las elaboran de gran calidad.
Pero el origen de la conserva de anchoa hay que buscarlo en los artesanos italianos que a finales del siglo XIX llegaron a España buscando este pescado que escaseaba en sus aguas y que en el Cantábrico encontraban de la mejor calidad.
Consejos de compra y consumo
El consumo de anchoa debe ser moderado al ser una semiconserva alta en sal. Este producto se asocia con ocasiones especiales en las que se pueda disfrutar la intensidad del bouquet propio de este pescado.
El aceite de oliva es su gran compañero. Al tratarse de una semiconserva debe mantenerse en frío, y aunque a baja temperatura el aceite de oliva tiende a coagularse, añadiendo a la propia conserva un chorro de aceite de oliva virgen este inconveniente queda solucionado. Se recomienda tomarlas en la parte final del periodo de consumo preferente, a una temperatura entre 16º-18º, pues están más maduras y mejoran sus características.
Por el característico sabor intenso de los productos curados en sal y madurados, resultan perfectas para el aperitivo. Por ejemplo, se puede disfrutar de su exquisito y peculiar sabor sobre una cama de tomate, con un buen queso fresco o muy curado, para percibir los contrastes.
Fuente: Guía Repsol