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Los placeres reales de Aranjuez

Los campos de fresas y espárragos rodean la monumentalidad del Real Sitio

Los placeres reales de Aranjuez

GUÍA REPSOL

Aranjuez, además de residencia de monarcas y un excelente coto de caza, ha resultado ser desde siempre, fértil tierra de labranza. En el siglo XVI, Felipe II hizo de esta villa su lugar predilecto de descanso y, sin duda, disfrutó también de las preciadísimas hortalizas que se cultivan en estas huertas diseñadas por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, arquitectos e ingenieros del Monarca.

Los campos de espárragos flanquean la M-305, carretera que conduce a la regia villa madrileña desde la A-4, y son divisados asimismo desde el famoso Tren de la Fresa, antiguo servicio desde Madrid que hoy tiene carácter turístico y que funciona de mayo a noviembre.

La fresa es precisamente la otra exquisitez de esta huerta, introducida por los Borbones desde Francia. Fueron los monarcas de esta dinastía los verdaderos artífices del Real Sitio, Patrimonio de la Humanidad desde 2001. Aunque los Austrias pusieron las primeras piedras del palacio, sus sucesores lo rodearon de jardines, ampliaron su perímetro y llenaron sus estancias de cuadros, porcelanas, arañas, candelabros y relojes. Tanta suntuosidad queda patente en el Gabinete de Porcelana y en la Sala de los Espejos.

Entre héroes y dioses clásicos

La residencia primaveral de los reyes sigue conservando su magnificencia. Según se cruza el Tajo, aparece el más pequeño de los tres jardines, el del Parterre. Su delicadeza se percibe tanto en su trazado como en las estatuas que lo jalonan, consagradas a héroes y dioses clásicos. El segundo de los jardines, el Jardín de la Isla, brinda una refrescante mirada sobre el paisaje fluvial.

Y, por último, motivados por tanta belleza, nos espera el Jardín del Príncipe, al que se entra desde la calle de la Reina, con nada menos que 150 hectáreas para pasear. Sauces, tilos, castaños y robles trazan profundas perspectivas, interrumpidas por hitos como el Estanque de los Chinescos o la Casa del Labrador. Por último, no es recomendable despedirse del Real Sitio sin degustar sus fresas, que hasta los años 70 eran vendidas directamente por los agricultores de la zona. Hoy, más escasas y buscadas, se sirven en los mejores restaurantes.

Ahora tomamos Aranjuez como punto de partida para descubrir otros encantos del sureste madrileño. Vale la pena visitar la Reserva Natural de El Regajal-Mar de Ontígola, refugio de aves acuáticas cercano a Aranjuez, así como el Real Cortijo de San Isidro, a 6 km por la M-305. Siguiendo el curso del Tajo por su margen norte llegamos a Villamanrique de Tajo; en el Área Recreativa Las Cuevas podemos observar la gran variedad de aves que sobrevuelan el río.

Ya en la A3, finalizamos la ruta en Fuentidueña de Tajo, un punto estratégico en tiempos de la Reconquista, poseía dos castillos; en uno de ellos estuvo prisionero don Álvaro de Luna. La otra gran atracción de la comarca de Las Vegas es el paisaje de ribera, con la fresa y el espárrago como estrellas de sus huertas.

Rincón del espárrago y la fresa

Conocidos por el sobrenombre de pericos, los espárragos de Aranjuez se caracterizan por su frescura y ternura. Su tamaño oscila entre 20 y 40 cm y tienen la yema terminal cerrada y un color verde intenso, motivo por el cual se les confunde con los trigueros. La esparraguera es una planta herbácea perenne cuya vida productiva es de siete u ocho años y se cultiva bajo plástico o al aire libre.

Sus brotes, los espárragos propiamente dichos, asoman a comienzos de primavera, para convertirse, a mediados de la estación, en las estrellas de las fruterías. El otro producto emblemático de la huerta de Aranjuez, la fresa, pertenece a la especie Fragaria vesca. Esta planta de tallo bulboso, con flores blancas y amarillas, da un pequeño fruto que se recoge manualmente. La temporada idónea para degustar las fresas, que no deben confundirse con los fresones, son los meses de mayo y junio. Más información en www.madrid.org

Los espárragos tienen un bajo contenido energético, 15 kcal por gramo, y un alto contenido en agua. Fuente de vitaminas C y E destacan también por su aportación de hierro, potasio, fósforo, tiamina y riboflavina. Por su parte, las fresas poseen un muy bajo contenido energético y alto de fibra y vitamina C. Fundación Española de la Nutrición

Fuente Guía Repsol

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