Los 130 años del Moulin Rouge vistos entre bastidores. Durante dos pases cada noche, 60 artistas de 14 países diferentes giran y bailan en el espectáculo “Feerie”, la pieza que ahora constituye el elemento principal del repertorio del Moulin Rouge. La coreografía de los camerinos. Een los camerinos, que no ven los 600.000 espectadores que ven el espectáculo cada año y que consumen casi un cuarto de millón de botellas de champán, hay un tipo de coreografía diferente: la sofisticada maquinaria de cambio de vestuario y de escenografía necesaria para que el espectáculo sea una realidad. Mil trajes y la magia con precisión del cambio de vestuario. Cada espectáculo requiere 1.000 trajes, todos ellos elaborados en los talleres que han provisto al Moulin Rouge durante décadas. Cada bailarina tiene que hacer entre 10 y 15 cambios de vestuario por espectáculo, con unos 90 segundos para completar cada uno antes de tener que volver a salir al escenario. Preparadas para volver bajo los focos. Los bailarines se cambian en un instante. Después, el grupo vuelve a salir corriendo al escenario bajo el resplandor de los focos. Sin pausa, los asistentes de vestuario entre bastidores guardan los trajes que se quitaron los bailarines, y luego preparan un nuevo conjunto de trajes para que estén listos para el siguiente cambio de vestuario y el siguiente número. Las bailarinas se preparan sin público. Las actuaciones en el Moulin Rouge siguen siendo fieles a las tradiciones establecidas en la fundación del cabaré el 6 de octubre de 1889, cuando las mujeres que se ganaban la vida lavando ropa de día se transformaban en bailarinas por la noche. El rincón privado de las estrellas del espectáculo. Los espectáculos contaron en épocas pasadas con bailarinas con nombres como Nini Pattes en l’air (Nini Piernas en el aire), Rayon d’or (Rayo dorado) y La Sauterelle (Saltamontes). Hoy en día, Olga, Jasmine, Claudine o Esmeralda brillan en el escenario. El número del cancán. Para Olga Khokhlova, una bailarina de la antigua Kazajstán soviética que interpreta un solo de cancán y que lleva 12 años en el Moulin Rouge, el espíritu del cabaré es intemporal. La hora del ensayo. Jessica, Shauna y Lauren asisten a un ensayo en el Moulin Rouge en París Esperando su momento. Los bailarines Courtney y Lacie esperan su turno en los pasillos del Moulin Rouge Los talleres del Moulin Rouge. Cada espectáculo requiere 1.000 trajes, todos ellos elaborados en los talleres que han provisto al Moulin Rouge durante décadas. Cada bailarina tiene que hacer entre 10 y 15 cambios de vestuario por espectáculo, con unos 90 segundos para completar cada uno antes de tener que volver a salir al escenario.