ESCAPADAS
Estepa, el exquisito sabor de la 'cuna del mantecado'
Pobladas desde los albores de la historia, las calles de Estepa acogen en otoño el exquisito olor de mantecados y polvorones
Comeremos polvorones y mantecados un 20% más caros esta Navidad
Una empresa de mantecados fabrica barritas energéticas con gusano de la harina
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Estepa es un municipio sevillano conocido en todos los rincones de España gracias a sus universales dulces: los mantecados y polvorones que cada Navidad llegan hasta las mesas de todos los hogares como una entrañable tradición. La historia de esta localidad está ligada de manera innegable a este producto, pero Estepa es un destino importante en Andalucía no sólo para los más golosos, es un lugar ideal para perderse por sus empinadas calles y disfrutar de agradables días de descanso.
Geográficamente Estepa se encuentra en el sureste de la provincia de Sevilla, enclavada en la comarca de la Sierra Sur, en las primeras estribaciones de la cordillera subbética. El núcleo primigenio de la población se sitúa en las alturas, en una posición privilegiada para defender la ciudad de posibles invasiones externas. Nos referimos al cerro de San Cristóbal, uno de esos enclaves que han contribuido a que la ciudad sea denominada en algunas ocasiones como 'Balcón de Andalucía'. En los días más claros, desde este conocido cerro se pueden divisar los contornos de las ciudades de Sevilla, Córdoba, Málaga e incluso las altas cumbres de Sierra Nevada.
Su posición y características geográficas han hecho de las tierras de Estepa un enclave de un enorme valor estratégico, en el que se ha detectado presencia humana en el citado cerro de San Cristóbal desde el siglo VII a.C. Estepa estaba poblada de manera previa a la dominación romana, siendo los turdetanos la primera civilización que se asentó en la ciudad. Posteriormente los cartagineses fundaron la antigua Astapa. Después, con el paso de los siglos, Estepa se convirtió en un valioso cruce de caminos, por donde pasaron romanos, visigidos, musulmanes y posteriormente los cristianos.
Es en el siglo XVI, gracias a la actuación de Adán y Marco Centurión, a los que el rey Felipe II concedió el marquesado de Estepa, cuando el municipio adquiere su mayor esplendor. Son años en los que la belleza en forma de arte y monumentos llega a muchos rincones de la ciudad, se levantan bonitas iglesias, valiosos monumentos, importantes conventos e interesantes casas solariegas. Un casco histórico de gran valor, que permitió que en el año 1965, Estepa fuese declarada como conjunto histórico-artístico.
Para entrar en contacto con la esencia de esta ciudad andaluza, lo mejor será comenzar nuestra visita desde lo más alto, por ello ha llegado el momento de situarnos en el cerro de San Cristóbal, donde se encuentran además algunos de los monumentos más destacados que vamos a conocer en nuestra visita. Desde las alturas, poco a poco iremos descendiendo para perdernos por rincones, calles, plazas y esquinas que nos conquistarán por su belleza y personalidad.
El otoño es un momento perfecto para visitar Estepa
En nuestra visita no pueden faltar hitos tan destacados como la Torre del Homenaje y el recinto amurallado del Alcázar -datado en el siglo XV-, o iglesias como la de Santa María de la Asunción, San Sebastián, del Carmen o los conventos de San Francisco y Santa Clara. Otro de las paradas de nuestra visita debe ser también la Torre de la Victoria. Para conocer debidamente la Estepa más monumental, lo mejor será disfrutar con alguna de las rutas que ofrece la oficina de turismo de la localidad.
Tras detenernos tranquilamente en alguno de estos valiosos monumentos, el comienzo del otoño es un momento perfecto para visitar Estepa y para conocer en profundidad todo un sector que le ha dado fama a esta localidad en todos los rincones de la geografía nacional. Cuando finaliza el mes de agosto, terminan sus vacaciones la mayoría de los andaluces y el calor poco a poco comienza a remitir, la tradición indica que los obradores y los hornos estepeños comienzan a funcionar a pleno rendimiento de cara a la campaña navideña. El olor de la almendra y la miel comienza a instalarse de manera casi permanente en todos los rincones de la ciudad.
La historia contemporánea de Estepa está ligada de manera muy estrecha a los mantecados, y ya en documentos del siglo XVI aparecen mencionados reposteros de la villa. La fama de la miel y de la mermelada de Estepa era ya algo más que conocido en aquellos momentos. Incluso se tiene constancia de que a algunos de los predicadores que se encargaban de oficiar misas en Estepa, terminaban recibiendo como pago o regalo deliciosos tarros de miel que se elabora en la ciudad. Existen antiguos recetarios en los que incluso se daban las instrucciones precisas para elaborar algo parecido a lo que posteriormente sería el turrón.
HISTORIA
Desde el siglo XVI hay noticias de la importancia que tenía la repostería en Estepa
El convento de Santa Clara, fundado a mediados del siglo XVI, un momento trascendental en la historia de Estepa, es un lugar crucial para entender la historia de los dulces en la localidad. Es un enclave en el que se han elaborado dulces de manera artesanal a lo largo de los últimos cuatro siglos y que atendía pedidos que llegaban de prácticamente todos los rincones del reino. Un convento donde afortunadamente se conservan algunas referencias a la elaboración de mantecados con recetas antiguas.
Las recetas fueron pasando de mano en mano, de madres a hijas y prácticamente en cada casa de Estepa, era tradicional la elaboración de mantecados y polvorones de manera completamente artesanal. La participación de algunos vecinos de la localidad fue vital para que estos dulces comenzaran a salir de las fronteras del pueblo y se iniciase así la demanda en diferentes lugares. Fue el caso de Micaela Ruiz Téllez 'La Colchona' y su marido, que se encargaba de los transportes de Estepa con Córdoba, dos nombres fundamentales que contribuyeron a la expansión definitiva del mantencado. Tampoco se puede desdeñar la importancia que tuvo en toda la profesionalización del sector Antonio González Fuentes, conocido como 'Maestro Coches', quien fue una persona vital a la hora de la fabricación de maquinaria que fue incorporada en los obradores de las confiterías.
Exquisitos productos
La evolución del sector a lo largo de las últimas décadas ha sido sencillamente espectacular, convirtiendo a Estepa en la punta de lanza del mundo de la producción artesanal de mantecados y polvorones, con producciones anuales que superan las veinte toneladas, siendo además un atractivo innegable para miles de personas que llegan al municipio para comprar estos exquisitos productos. Estepa ya no se puede entender sin este sector, que proporciona dos mil puestos de trabajo directos y 2.500 puestos de trabajo indirectos, por lo que junto al movimiento que ofrece también la industria aceitunera, permite que el pueblo haya algunos momentos del año en los que roza el pleno empleo. La localidad ha sabido aprovechar un legado artesanal y gastronómico, para lo que incluso se creó el consejo regulador de mantecados y polvorones de Estepa.
Además del atractivo que supone esta industria pujante, este municipio se asoma orgulloso a todo el entorno desde más de 600 metros de altura, contando además con recursos naturales valiosos por lo que es posible organizar interesantes rutas y saborear otro de sus productos estrella, como es el aceite de oliva. Para conocer esta otra dimensión de Estepa, lo mejor será dirigirnos a lugares como la Sierra del Becerrero, Los Canterones y o el Haza del Corral.
Estepa es un destino muy atractivo, ya que tiene una historia envidiable y cada mes de septiembre un aroma único se adueña de sus adoquinadas calles, plagadas de monumentos y de rincones por conocer. Una excursión perfecta tanto para los más golosos como para los amantes del arte y la historia.