Oheka Castle

Así es el castillo real (y fastuoso) en el que Scott Fitzgerald imaginó al Gran Gatsby

Construido en 1919 cerca de Nueva York, este castillo era y es la segunda residencia privada más grande de América del Norte

Así es el castillo real (y fastuoso) en el que Scott Fitzgerald imaginó al Gran Gatsby

maría g. picatoste

En la novela, Jay Gatsby y Nick Carraway viven en West Egg, una zona de Long Island habitada por advenedizos y nuevos ricos que miran con anhelo hacia East Egg, su hermana mejor avenida, preferida por los ricos de toda la vida como los Buchanan. Sin embargo, ambos pueblos salieron de la imaginación de Fitzgerald , inspirados respectivamente en las localidades de Kings Point y Sands Point. Ambos forman parte de Great Neck, donde Fitzgerald residió en una cabaña, similar a la de Carraway.

Unos kilómetros al este de la que fuera su residencia, a media hora de Nueva York, se encuentra el castillo Oheka , una propiedad construida por el banquero alemán Otto Hermann Kahn (el nombre del castillo recoge sus iniciales de nombre y apellidos) a principios del siglo XX. Como Kahn era aficionado a celebrar opulentas fiestas y a codearse con las celebridades de la época, muchos creen que Fitzgerald se inspiró en él y en su majestuoso castillo para perfilar al personaje de Gatsby. Hoy es un hotel con 32 habitaciones de lujo. Entre ellas se encuentran las suites Gatsby , «inspiradas por los gloriosamente decantes días conocidos como la Era Dorada de la Historia americana», según explica la web del hotel. Si uno no se puede permitir los 395-1095 dólares que cuesta hospedarse en una de estas habitaciones, siempre podremos hacer el más asequible tour guiado de la mansión por 25 dólares por persona.

El Nueva York de la era del jazz y el actual son dos ciudades distintas y casi irreconocibles, pero idénticas en esencia. El carácter magnético y soñador de la metrópolis emerge con fuerza en la novela de F. Scott Fitzgerald «El gran Gatsby», publicada en 1925. Ahora, su última adaptación al cine , dirigida por Baz Luhrmann, nos permite volver a disfrutar del sabor de esos días y, sobre todo, de esas noches y sus fiestas al aire libre en lujosas villas de Long Island.

El castillo de Oheka, construido en 1919 , es una de esas villas que hoy forman para de la llamada Costa Dorada de Gatsby, que puede recorrerse como ruta turística. En realidad, esta es la más significativa, porque la mitología literaria da por hecho que en ese edificio y en su historia pudo inspirarse Scott Fiztgerald.

En aquellos años de principios del siglo XX, la villa costó 11 millones de dólares que, teniendo en cuenta el siglo que nos separa, equivaldrían hoy a unos 100 millones de euros.

En el momento de su construcción, el castillo de estilo francés fue y sigue siendo hoy la segunda residencia privada más grande que se haya construido en América del Norte. Durante la Edad de Oro de la década de 1920, Kahn utilizó más de 10.000 metros cuadrados en los que costruyó 127 habitaciones. Era una residencia de verano, en la que organizaba grandes fiestas. Allí acudían desde jefes de estado a estrellas de Hollywood. Otto Kahn murió en 1934.

A partir de 1984 comenzó un laborioso trabajo de restauración. Hasta ahora se han gastado 30 millones, que han servido para remodelar el 70 por ciento de la propiedad. El castillo se alquila en su totalidad para fiestas de la alta sociedad o de empresas, bodas , o también como hotel, para un fin de semana romántico.

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